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jueves, 30 de diciembre de 2010

Bajo la lluvia, bajo un paraguas


Lea saltaba los peldaños de uno en uno, pero no lo hacía con alegría o ganas, como lo haría otra persona. Ella ejecutaba cada salto de forma automática, como una autómata, como el mecanismo del reloj que marca las horas.
Del cielo caía la lluvia, ocultando con su humedad, su vaho y su niebla todo lo que había alrededor. Las casas, los árboles, la gente, la masa gris de humanidad, las mismas gotas de agua... quedaron ocultas tras una niebla densa.
La joven alzó la vista al cielo con los ojos vacíos, sin ninguna luz o resplandor que delatara vida o alma. ¿Era una muñeca rota entonces, en aquel momento...? Siguió saltando cada charco a sus pies.
A sus espaldas, poco a poco, a medida que se acercaba; se fue trazando la silueta de una joven con un paraguas por encima de su cabeza. Lea no advirtió a la inesperada visitante, sino que siguió saltando y correteando por debajo de la lluvia... buscando algo sin saber el qué.
Cath se situó a su lado sigilosamente, como un fantasma o la mismísima niebla. Con un gesto suave de su mano, colocó el paraguas encima de su cabeza y la de su compañera.
La morena la miró por primera vez con la seriedad pintada en su rostro. Cath la miraba de la misma forma:
-¿Qué haces?- preguntó ésta.
-Déjame en paz Cath. Vete.
Lea esquivó la mirada de la otra chica y, de pronto, empezó a correr. Salió disparada hacia el infinito, en dirección a la niebla y a la nada; su propia vida plasmada en ella. Cath, por el contrario, la siguió con agilidad, disfrutando de cada paso que daba. La alcanzó cogiéndola del brazo, obligándola a frenar. Lea obedeció sin inmutarse y dejó que de nuevo el paraguas la ocultara.
-Déjala Lea, déjala- dijo de pronto Cath, mirándola con indiferencia.
-Ella no podrá deshacerse de mí fácilmente. Aunque yo no haga nada... ella volverá y creerá no sentir nada.
La pelirroja la miró con sorna, soltándole el brazo y centrándose en el paraguas rojo que llevaba, a consonancia con su cabellera.
-Ella ha empezado a sentir, tú también... Déjala en paz- repitió.
Lea se volvió, mirándola, acusadora.
-¡Ella quiere estar sola!
La pelirroja la miró desafiante, pensando por primera vez en mucho tiempo que se estaba comportando como una niña pequeña.
-¡Ahora! Pero ¿y mañana? ¿Eh? ¿Y mañana? ¿Qué pasará mañana?
La morena, de repente, se volvió muy pequeña, enana, diminuta, a los ojos de los demás.
-Nadie deja de sentir algo de un día para el otro y lo sabes - continuó Cath, arrolladora-. A la mínima que ella sienta vacío o desee soledad o silencio tú no puedes... no puedes...
Parecía que le faltaban las palabras.
-Lo sé, lo sé...
-Entonces permite que haga su vida. Ha decidido arriesgarse. Deja que falle o que alcance la victoria sola.
De una bofetada, Lea apartó el paraguas que su compañera le tendía y con el rostro al descubierto miró al cielo de nuevo, a la lluvia, empapándose de ella al completo.
-A ver si ahora va a resultar... que la que de verdad necesitaba a la otra eras tú.
En medio de una chispa de odio y locura, Cath la miró con burla y superioridad haciéndose a un lado mientras Lea la observaba con la ojos propios de la ira homicida. Quería acabar con Cath, lo quería... Con ella y con todos los demonios que le confesaban la verdad.
-¡No sabes nada!
-¿Que no sé nada? Sé más que tú, que ya es mucho. Las dos somos igual de listas en el fondo, pero el secreto está en que yo veo...
La lluvia, de repente, se intensificó, empapándola del todo.
-... y tú no quieres ver.
Al momento se instaló un silencio que relajó los músculos y el ánimo de Lea. Lo necesitaba. Ansiaba la soledad y su amparo.
-Vas a coger una pulmonía si sigues así- comentó Cath, tendiéndole el paraguas.
¿Era amabilidad lo que Cath le tendía? ¿De verdad?
-Sabes que no puedo enfermar... a menos que nuestra creadora nos lo ordene así.
-¿Por qué la tratas como si fuera un dios? Ella nos ha dado vida, un mundo y nada más. Lo que hagamos con ello es cosa nuestra, ella no nos manda nada. Ella sólo se limita a escribir o describir los pasos que nosotras decidimos. La decisión es nuestra, Lea.
-¡Ella nos crea! ¡Nos dirige! ¡Nos manda! ¡Nos da felicidad o tristeza!
-¡Las tres somos una, maldita sea!- exclamó Cath, exasperada.
Lea frunció el ceño.
-Ella nos afecta como nosotras a ella. Y moriremos o desapareceremos cuando nosotras lo creamos conveniente, igual que ella. Deja de comportarte como una cría, como si ella fuera tu madre.
Lea suspiró, se llevó las manos a la cabeza y, derrotada, se dejó caer al suelo; empapándose en uno de tantos charcos que había saltado.
-Ahh... Cállate.
-No voy a callarme, lo sabes.
Lea no respondió, sólo se quedó inmóvil. Respiró cada bruma o cada soplo de aire como si fuera el último de su existencia... aunque sabía que no era así. Ella no ansiaba la muerte, ni mucho menos... La ansiaba a ella.
Cath se arrodilló a su altura, en un patético intento de consuelo que ni ella misma entendía. De repente, sin decir nada, arrojó el paraguas al cielo y éste cayó con fuerza al suelo, abandonado de cualquier manera a manos de la lluvia.
-¿Qué mierda haces con el paraguas?- propinó Lea, con voz ácida- Tú también vas a mojarte.
La pelirroja se llevó la mano derecha a la cabeza, tocando y cepillando con sus dedos su mojada cabellera de destellos de sangre. Una sonrisa tintada de malicia asomó sus labios.
-A mí también me apetece mojarme.
-Pero... ¿qué dices?- la observó como a una lunática con ansias de sangre y muerte.
-Digo...
Cath se inclinó encima de la oreja derecha de Lea, susurrándole en silencio, mientras la lluvia apagaba su voz:
-... que a mí también me apetece llorar.
Acto seguido, como si de un resplandor se tratara, Lea abrió los ojos presa de la sorpresa y la rabia, admitiendo en silencio que, de nuevo, aquel monstruo depravado que tenía delante la había vuelto a coger. Jamás lo diría en voz alta pero, en el fondo, sabía que tras esa fachada de psicópata que Cath poseía, se encontraba, tal vez, un resto de compasión humana.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Sujetos sin personalidad


Fingir o ser otra persona, otro personaje, otro papel... es muy fácil si te esfuerzas y le pones ganas.

La diferencia es que, por mucho que finjas, siempre sabrás quién eres de verdad porque lo que ocultes, lo que no dirás, será lo que marcará la diferencia entre tú y la máscara. Ese hecho será el que te produzca disciplina y que, a pesar de todo, en el fondo; te hará tener una personalidad relativamente definida.

No obstante, lo peor que existe dentro de la sociedad, muy por debajo de la hipocresía y la falsedad hiriente, de las puñaladas o palabras corrosivas que se disfrazaban de amigas... está la falta de carácter. Existen esos sujetos pobres, de alma triste y cansada, de mente corta e influenciable que; al verse rodeados por una masa directiva o de un individuo con poder persuasivo (ya sea lavial, sexual o extorsión), queda ciego, se venda los ojos y persigue al origen de su control. Suele ser un sujeto sin una pizca de madurez, que dice una cosa y piensa otra, cuya opinión es indefinible o inexistente y que, a falta de imaginación, imita la conducta de un segundo o tercer sujeto en juego.

Por supuesto, a falta de criterio propio, el individuo sin personalidad es utilizado por los sujetos anteriormente nombrados, que suelen usarlo como marioneta movidos por el interés. Evidentemente puede darse el caso que dichas marionetas también carezcan de personalidad pero suelen tener un fin o un objetivo más marcado. Esto se conoce vulgarmente con la expresión "vamos a putear al personal".


Este sujeto, más tarde, se verá demostrado que no sobrevivirá y que, o bien se hundirá, o bien aprenderá de sus errores cometidos. De la experiencia se aprende pero como en el caso de este sujeto la personalidad y, por tanto, el método de aprendizaje están más bien oxidados, el individuo en cuestión tendrá más problemas para asimilar y poner en práctica la experiencia adquirida.


Personalmente, a este especie de la sociedad, le llamo payaso e intento rehuirlo. Si se te pega, es de lo más molesto. Sugiero que los evitéis. A pesar de que no son, en su mayoría, peligrosos; sí que pueden adoptar una conducta agresiva dependiendo de quién les manipule y, además, su compañía no aporta nada de valor.
Sólo son molestos, moscas a las que ahuyentar.

martes, 28 de diciembre de 2010

Besos


Cuando chocan dos polos opuestos entre ellos se causa una enorme explosión de... ¿atracción?


Al principio los besos eran muy suaves y tiernos, iban con cuidado y meticulosamente calculados. Transmitían más una sensación propia de flotar o volar por encima de las nubes, observando todo lo que queda por debajo de nosotros con facilidad. Era como soñar, pero no estaba tintado de esa felicidad que describen los enamorados.

Aun así, me gustaba.

Pasaron unas semanas que finalmente se convirtieron en un sólo mes. Los abrazos seguían siendo igual de cariñosos pero, esta vez, con un fondo emocional más profundo que ocasiones anteriores. Y sin embargo, dejando de lado las manos, el cuello, las caricias o cualquier otro elemento, los besos fueron cambiando.

Se tornaron más intensos, más marcados y, desde luego, más transparentes y posesivos. La sangre que antes había catado de forma muy leve se hizo entonces más presente. Podía tocarla, beberla y hasta mancharme los dedos con ella si quisiera.


Cath disfrutaba.


Lea observaba expectante una reacción.


Ahora ya no queda espacio para la sutilidad, sino para el instinto. Cada cálculo o pensamiento planeado han desaparecido del todo y han sido sustituidos por la agresividad o el marco territorial propio de una bestia.

Hemos alcanzado ese punto entre inteligencia y moral e instinto y deseo. La balanza ha empezado a decantarse por la negrura de mente y la falta de raciocinio.



Finalmente, por debajo de todo, se escucha atentamente el latido del miedo y la timidez, además del silencio voluntario y sumiso.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Feliz Navidad


Nochevieja

Abuelos que te obligan a tragarte todo lo que hay en la mesa, un perro sorprendentemente miedoso, la satisfacción por ello, tragarte el aburrimiento y los especiales navideños horteras, coger un libro y empezar a leer mientras suplicas que al Ipod no se le acabe la bateria, maldecir a dicho aparato, sentir la nostalgia, querer tenerle al lado, verle en el móbil a través de un vídeo, repetir las grabaciones donde aparece como si no hubiera mañana, fer un pensament, irse a casa, desear silencio, apagar el móbil e irse a la cama.

Navidad

Despertarse con tu hermana molestando, querer dormir más, esconderte tras las sábanas, saber que tus piernas no te sostienen, irse al baño, salir de él sin ver nada, echar un vistazo rápido al comedor, tirarte en el sofá a esperar a que venga el resto, domir unos segundos, una feliz presión familiar, paquetes que se abren, papel de regalo que se rompe, ver muchos libros y recordar que tienes lecturas obligatorias de la universidad, maldecir por lo bajo, volver a tu cuarto, encender el móbil, ver ese mensaje y esa llamada de esa persona, sonreír, responder... y que tus padres te regalen un regalo de moralidad cuestionable que te hará pasar vergüenza delante de esa persona.


Dilema del día:
¿Esconder o no esconder ese calendario? E ahí la cuestión.



Feliz Navidad

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Ansia


Cuando el ansia supera la mente y no es satisfecha perturba a la misma.

martes, 21 de diciembre de 2010

Conclusión de todo un mes:

Odio los condenados trabajos en grupo. ¿Que fomentan las relaciones? Y una mierda.
Los malos rollos, diría yo.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Tocar esa mano


Su mano cuenta de cinco dedos... largos, estrechos y suaves. No importa si proviene de la derecha o de la izquierda porque tanto una dirección como la otra me son igual de familiares.

No tiene mucho pelo, apenas tiene vello en realidad. Es de color blanco, pero de un tono mucho más vivo que el mío.


Voy de ella cuando paseo, cuando necesito sentir calor, cuando ansío raramente el contacto humano, cuando quiero sentir algo suave, cuando ella me reclama... o cuando simplemente me llama.


Ahora más que nunca quiero tocar esa mano.






domingo, 12 de diciembre de 2010

La sombra


Sólo hacen falta dos personas para crear un mundo... pero sólo hace falta una para destruirlo. Una es como una luz y la otra es como una sombra que contamina y corrompe todo lo que toca.


Yo soy la sombra.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿Por qué...?


¿Por qué todo el mundo viene aquí?
¿Por qué el mundo sonríe si está roto o por qué llora si está entero por dentro?
¿Por qué me repugna la humanidad y en cambio soy capaz de vivir en ella?
¿Por qué soy capaz de hacer ver que el mundo es perfecto si, en realidad, en el fondo sé que algo dentro de él... y de mí, está fallando?
¿Por qué me cuesta asimilar o creer que otra persona me acepte por lo que soy?
¿Por qué me es dificil superar las barreras que yo misma me he impuesto?
¿Por qué es menos complicado apreciar y comprender la belleza de una rosa y no la de una persona?
¿Por qué me etiquetan de ser algo que no soy?
¿Por qué me juzgan sin conocer?
¿Por qué hay algo en mi interior que falta?
¿Por qué no sé qué es?
¿Por qué hay lapsos de tiempo en los que desearía desaparecer?
¿Por qué no sigo a la masa como hace todo el mundo?
¿Por qué debería hacerlo?

...

¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué escribo?
¿Por qué pienso?
¿Por qué existo?
¿Por qué siento...?


¿...y por qué me lo planteo?

Permíteme fallar


No te metas.


La mágica expresión que me influye a seguirla, a obedecerla al pie de la letra.


Estoy cansada de que la gente espere que soy capaz de todo y por todo. Sólo soy humana, no tengo poderes, puedo caerme y volverme a levantar... Sin embargo, ante todo, no soy Dios ni pretendo serlo.


Permíteme fallar.
...
Me lo merezco ¿sabes?

lunes, 6 de diciembre de 2010

Ironía del día...

Hoy ha sido uno de esos días en los que, la vida, en ocasiones, es una enorme ironía.
Sólo hace falta decir algo en voz alta para que se cumpla.

-¿Quieres presentármelos?
-Ni siquiera lo había pensado. Pero... ¿por qué tienes miedo?
[...]
Una hora y media después... toda la familia aposentada allí, expectante, observando maquiavélicamente. Me recordó una de esas escenas de familia de la mafia, conspirando y sonriendo entre ellos sobre algún chiste privado.
-Hola... soy su padre.


¡Crash!

viernes, 3 de diciembre de 2010

¿Has visto? ¿Has visto? ¿Has visto?


¿Has visto...?

¿Has visto...?

¿Has visto...?


¿Has visto cómo es?

¿Has visto cómo grita?

¿Has visto cómo sangra?


Presiónalo, apriétalo,

para verle agonizar.


¿Has visto cómo es el corazón?

¿Has visto cómo grita el corazón?

¿Has visto cómo sangra el corazón?


Dejará de respirar,

de complacer,

de sentir.


Tan sólo vivirá en agonía

hasta la eternidad.


¿Has visto cómo es el corazón?

¿Has visto cómo grita el corazón?

¿Has visto cómo sangra el corazón?


Muerte a quien ame,

a quien reciba amor,

a quien no también.


Y a quien se niegue a amar

que abandone este mundo.

Por eso yo vivo entre niebla, sombras

y juegos de tinieblas.


¿Has visto...?

¿Has visto...?

¿Has visto...?


Obsérvalo sangrar,

cómo lo corrompe la oscuridad

y grita:

¿Has visto cómo es el corazón?

¿Has visto cómo grita el corazón?

¿Has visto cómo sangra el corazón?


¿Has visto...?

¿Has visto...?

¿Has visto...?


...


¿Has visto cómo muere por amor?

jueves, 2 de diciembre de 2010

Confiar... ¿Ser vulnerable?


Creer en alguien, arriesgarte, confiar y disfrutar el momento. Ser vulnerable.

...

¿Echarte atrás? El y el no se atraerán hasta el fin de sus días pero el vuelo del pájaro que representa la oportunidad no será eterno.

Decir sí

Entonces, de repente... ella decidió aceptar la idea de poder tener un futuro con él.
...
Y, para sorpresa suya, no le dolió ni se arrepintió de su afirmación.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Nueva rutina


Levantarte muerta de sueño, tener la intención de volver a la cama, levantarte y recordar un sólo día y una única cara, sonreír por dentro, bostezar por fuera, vestirte sin ganas, salir de casa, volver por despiste, entrar en el metro, observar a la gente, pensar en el móvil, escuchar música, subir el volumen de ésta, contener las ganas de abofetear a quien te mira fijamente y son descaro, oler el cuero del abrigo, respirar hondo al salir del vagón, asquearte ante la humanidad que te rodea, volver a pensar en un único rostro, recordar unos besos que saben a sangre, caminar de nuevo hacia al tren, luchar por entrar primera en el vagón, gente que reclama indicaciones, pocas personas que den las gracias, miradas vacías, sentarse en los pocos sitios libres, mirar con aburrimiento el panel de luces, bajar el volumen del Ipod, escuchar las voces que susurran en tu oído y que nadie más conoce, cerrar los ojos soñando despierta, soportar la somnolencia, pensar en las clases, odiar el trabajo, necesitar tiempo libre, despertar al ver que entra un indigente en tu mismo vagón, soportar la charla de "querer comer", darte cuenta que su vestimenta le delata el timo, pensar mal, cerrar los ojos de nuevo, irritarte por no poder escuchar bien la canción, los lamentos te perforan los tímpanos, soportar de nuevo la somnolencia, maldecir la humanidad por décima vez por la mañana, palpar la misantropía en retroceso, chasquear la lengua cuando el indigente se va, suspirar un poco, mirar el panel de luces aburrida, entretenerte mirando por la ventana, enviarle una mirada asqueada a quién no deja de observarte con o sin sonrisa ladeada, amar ser antisocial, llegar al destino, caminar hasta la facultad, recordar que llevas cerillas todavía por usar en la cartera, querer sacar una, contenerte, concluir que es mejor hacerlo sentada, que un chico te pare con cualquier bobada, sonreír con hipocresía, querer largarte y quedarte sola un rato, interrumpir la canción y empezar otra, sentir repulsión cuando la gente te para y te pregunta, cuestionarte si posees un rostro amigable que invita a brindar indicaciones, plantearte maquillarte como si fueras de una secta satánica, decides que mejor no, entras en un edificio con calefacción, pasas el día, saludas a gente, charlas con los compañeros, sentir que pareces real, comprobar el móvil ochenta veces mínimo, controlar la apatía lo máximo posible, experimentar nervios sin saber de qué, recordar de nuevo su cara como si fuera lo más normal, sentir que pareces una desconocida, observar la caja de cerillas unos minutos mientras piensas, hacer un trabajo que en el fondo tiene poco futuro, añadir un poco de comedia a un grupo de trabajo, resaltar la sonrisa un poco más, desear que llueva el jueves por la mañana, ansiar el tiempo libre, querer que llegue la noche para hablar con sólo una persona, viajar de noche en el tren, pensar en planear mañana un asesinato, barajar la posibilidad de quemar a ese hombre con las cerillas que sobran, saber que no se podrá soportar sus estupideces, sentir asco de nuevo por la insistencia al contacto social y la ignorancia de las pocas neuronas de la gente, imaginar el rostro de un indeseable y experimentar cómo una voz en tu cabeza te confiesa cómo acabar con él, insultar con arte y ver que no se dan por aludidos, poner los ojos en blanco, querer volver a casa y estar sola, sorprenderte al darte cuenta que quieres quedar con esa única persona, tocar donde hubo mordiscos, sonreír sola, sentirte vulnerable, repasar pasadas emociones humanas...

... y saber que, seguramente, mañana se repetirá la misma rutina pero con un toque de... sangre y cinismo.




martes, 30 de noviembre de 2010

No se lo cuentes a nadie

¡Shh...!
...
¡Shh...!

Te contaré un secreto: empiezo a palpar las emociones humanas. En concreto, la peor de todas.
Te contaré un secreto: estoy experimentando algo cercano, cálido, inusual... por una persona.
Te contaré un secreto: creo que tengo un cráter en el pecho que simboliza la falta de alguien, la necesidad de cercanía.

¡Shh...!
¡Shh...!
...


No se lo cuentes a nadie...
...porque ni siquiera lo he aceptado yo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Criatura etérea... ¿quién eres tú?


Criatura etérea

que no apareces...

¿eres mayor o pequeña?


Te siento muy cerca.


Existes y vives en la oscuridad

pero no te ahogas.

Brillas con luz propia.


¿Cómo lo haces?

Dime quién eres tú.

Sonríes y bailas,

rebosas libertad.


Una vez fui así.


Infravaloras a la morena.

Ignoras a la pelirroja.

Eres una luna llena.


Eres como un fantasma.


No dejas de brillar,

juegas entre sombras.

Eres un imposible.


¿Quién eres tú? ¿Tal vez un bonito sueño?


¿Eres una musa?

¿Una ninfa?

¿Una niebla cualquiera?

¿Un susurro?


...


Por eso te pregunto... ¿quién eres tú?

sábado, 27 de noviembre de 2010

Emociones que afloran


Manos entrelazadas, abrazos, susurros en el oído, cosquillas en puntos clave... y un sofá de cuero negro. Paredes blancas, frescos en el techo, silencio... y un piano.

...

Los besos que saben a sangre no se hacen esperar.


Puede que sí se pueda sentir después de mucho tiempo. Ojalá sea así.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Una lección increíblemente satisfactoria:

"A cada cerdo le llega su Sant Martín".




... y me encanta.

¿Seguir a la masa...? Rotundamente no.


Hoy ha sido uno de esos días en los que te divides entre una misantropía agudizada y una inclinación a una nueva ilusión.

Todos juntos, como una masa, como un rebaño, como una multitud sin rumbo... entre música de carente gusto, alcohol barato, desmayos puntuales, roces voluntarios y vacío de alma.

Os encanta seguir a la masa. Sois demasiado predecibles así que no, no apareceré por ahí.

...

Qué aburrido.



Prefiero esperar a mañana, cuando estaréis luchando contra una muy segura resaca mientras yo paseo entre obras de arte y disfruto de una compañía grata, ilusionada por primera vez en mucho tiempo.

martes, 23 de noviembre de 2010

Bum, bum... Bum, bum...


Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...

...


Si un amigo te dice que quiere desaparecer,

Si te cuenta que quiere abandonar,

Si te confiesa que se abandonaría al abrazo de un tren,

Si te recuerda un pasado cruel que sigue palpante,

Si te confía que es fácil poder decirte la verdad,

Si te mira y se rompen sus esquemas,

Si te muestra su verdadera cara,

Si te explica que no se siente real...

... y que desconoce lo qué es sentir o palpar una emoción...


... dile que no quieres que desaparezca,

aclarale que si quiere abandonar no lo permitirás,

explícale que si quisiera ya se hubiera arrojado a las vías y no te lo contaría,

confiésale que no permitirás que pase por lo que tú pasaste en su momento,

pregúntale el por qué te lo dice a ti,

cógele y sigue ahí, constante, haciéndole saber que estás ahí,

muéstrale que tú también tienes una máscara,

enséñale que su corazón sigue latiendo...

... y que aunque no sienta nada por nadie, dile que tú sí y que por eso le necesitas.


...

Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...


Si los miedos arrasan allá por donde pasan, si en tu cabeza vuelven las dudas, si en tu cuerpo se confabulan los fantasmas.

Respira hondo, apaga la luz, disfruta del silencio, vuelve a respirar y escucha atentamente, de forma muy clara, cómo el corazón sigue latiendo.

Está vivo. Tú también.

Aprovecha el momento, no pienses, no digas nada, no preguntes, haz lo que creas. Sé tú mismo.


Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...



Está vivo. Tú también.

...


Sentir será cuesíón de tiempo y compañía.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Psicoanálisis del día (VIII):

Un miedo o varios de ellos, reprimidos, pueden destrozarte el cuerpo y volver locos a los que te rodean.

Amenaza maternal

Si tienes a una madre que amenaza con llevarte a urgencias porque cree que estás entre la delgada línea entre chica sana y anoréxica no puedes evitar reírte en su cara... aunque suene verdaderamente cruel.


¿Cómo algo tan bonito puede trastornarte tanto por dentro?

viernes, 19 de noviembre de 2010

Recaída


Hoy he visto un espectro.


Era alto, delgado, pálido, débil y tenía forma de mujer. Lo he visto en un sólo instante, como en un resplandor.

Me observaba con la malicia tintada en su rostro, burlándose de mí una y otra vez. Me acusaba de mi estupidez, de mi ineptitud, de mi ignorancia, de mis buenas intenciones... Quería acabar con mi estabilidad de un plumazo.

Se volvió hacia las puertas, hacia las ventanas, hacia las grietas, hacia los agujeros... Lo tapó todo. La luz de dentro, por un momento, se extinguió. La oscuridad lo invadió todo de nuevo y sentí el familiar abrazo de ese espectro, susurrándome a la oreja si el cambio valía la pena.


Experimenté de nuevo el pánico.


A la cabeza me vinieron miradas exspectantes, esperando una reacción. En silencio sonrieron con sorna, despreciándome una vez más... como si no fuera nada. Me sentí polvo de nuevo. Desesperada busqué una máscara y encontré una resquebrajada, olvidada no hacía mucho.

Encontré un pozo.

Uno ancho, oscuro, profundo... inalcanzable. Me sentí atraída, me sentí tentada y, ahora, lucho por hacer un esfuerzo y no caer de nuevo en esa antigua y maravillosa hipocresía.


Con un último vistazo, sorprendida, vislumbré a aquel espectro de niebla llamándome entre punzadas, cantos de sirena... y dolor


miércoles, 17 de noviembre de 2010

Expulsar el infierno del propio cuerpo


A veces pienso que soy una copia barata y de mala calidad de ése tipo de chica que se queda vomitando en el baño y se menosprecia hasta el punto de querer destrozarse el cuerpo con todas sus fuerzas. Pone los dedos al fondo de la boca, roza un poco hasta palpar el cuello y las arcadas y todo lo demás viene solo.

Me han confundido con una anoréxica varias veces pero sé de buena pasta que no ve veo gorda ni tengo la necesidad de mostrarle al mundo si me doy asco o no.
___________


Los nervios pueden destrozarte. La oscuridad también.

...

Cuando sientes que tu visión se nubla, que un nudo en el estómago va creciendo hasta rozar los incisivos, que los nervios están a punto de hacer que caigas redonda... Es una auténtica bomba de relojería.

Y cuando, de pronto, te ves a ti misma expulsando tu oscuridad en la pica de la cocina o en la taza del inodoro, caes en la cuenta de que sigues albergando miedo al contacto, al acercamiento, al roce, a una mirada inquisitiva que pueda desnudarte a la vista de la gente.

El pánico parece estar enterrado pero sigue ahí, rasgando el cemento, la arena y el barro que han echado de por medio.


Miedo a querer. Miedo a ser querida.


Ahí, donde en frente van a parar los restos de la comida que hace poco has tragado, ves reflejado tu propio infierno. Entonces piensas que ya no lo tienes dentro y, entonces, más adelante acabas concluyendo...:

¡Uf! ¡Qué descanso...!



Vomitar no significa obligatoriamente que tengas problemas con la comida o que padezcas un trastorno alimenticio. Puede ser algo mucho menos conocido, más dificil de localizar y...

... por tanto, de tratar.
Lea.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Psicoanálisis del día (VII):

La seguridad en uno mismo puede flaquear cuando se acerca un momento clave

sábado, 13 de noviembre de 2010

¿Es esto felicidad?

Tal vez sean las hormonas, tal vez sea algún libro que me ha marcado, tal vez sea que ayer salí con buen gusto de boca o puede que sea porque me siento en mi sitio por primera vez.

No paro de sonreír.

Y es inusual, raro, extraño, desconocido... pero condenablemente divertido. Me siento más real, más palpable, más conectada con aquello llamado realidad; aunque ésta sea gris. La única diferencia es que, a pesar de que cueste pronunciarlo en voz alta, puedo asegurar que ahora no tengo por qué afrontarla yo sola.
Sentir, de momento, ya es un paso. ¿Es felicidad lo que estoy experimentando? Es... raro. No estoy acostumbrada.

Me tiemblan las piernas, los dedos centellean en el teclado, mis ojos parecen brillar más, el pecho ha dejado de doler y mi mente intenta asimilar todo lo sucedido en sólo dos meses. Han aparecido como un rayo, como un huracán y me han puesto el mundo del revés. Me han roto los esquemas.
Incluso han hecho que me sea más fácil volver a tener contacto con almas pasadas que ya consideraba perdidas. Esto no es normal, no es lo mismo de siempre, no es lo que yo pensaba... pero me gusta, me gusta mucho.

Un conejo y un pájaro me han roto los esquemas. ¿Los seguirán rompiendo de aquí en adelante?

Hechizada por un piano


Fue una sorpresa... encantadoramente agradable.

La voz de la profesora quedó a lo lejos, difuminada y borrosa. En su lugar apareció Claro de luna, de Beethoven, con sus tres movimientos completos y relativamente perfectos. Luego cambió a Vivaldi... Creo que era la primavera.

Después otra, y otra, y otra, y otra... hasta que eres consciente de que has pedido el rumbo, que estás fuera del mundo y ahora, en vez de ser rígida y tener los pies en el suelo, vuelas por las nubes a una altura inexplicablemente agradable. Dentro de ti, el corazón parece estar a punto de explotar por la mágica sensación que te recorre de arriba abajo.
Únicamente quieres escribir, leer, sonreír, soñar, dormir, expandir esa onda cargada de creatividad que te inunda y te hace temblar de los pies a la cabeza. Es magia, es felicidad... Y ésta es tan grande... que no sabes cómo expresarla por su complejidad. Sabes que aunque gritaras sería imposible decirle al mundo lo que sientes.

¿Eso es estar hechizada?

Sonríes. Sabes que sí.



Es imposible ser aplicada e intentar estar concentrada cuando, dentro y fuera de tu cabeza, los acordes de un piano van sonando.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Sólo soy de pega


Ya no recordaba lo que eran esas palabras, esos mensajes ocultos tras frases cargadas de simpatía. Aún así, sigo inmóbil, frente a una inclinación que me parece, ahora mismo, incapaz de corresponder.

El pecho me duele, me ahoga, me presiona porque sabe que, ese interés, me desequilibra. No consigue halagarme, sino inquietarme porque no es más que la forma de recordarme a mí misma que no experimento esa emoción que, según dicen desde tiempos antiguos, mueve el mundo.

No sé qué es eso.

Se puede seguir el instinto pero tarde o temprano eso acabará por cansarme y me pondrá de los nervios. Tampoco quiero volver a engañarme de una forma tan descarada.


No pienses que soy de verdad. Únicamente soy alguien que está de paso, una nómada sentimental que marcará un capítulo de tu vida que recordarás como el engaño.
No creas que puedo ser de verdad, sólo soy de pega.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Le falta cuerpo


Los dedos revolotearon por encima de aquél cuerpo delgado, largo, extenso, tintado de blanco y negro. Cada tecla es un mundo nuevo por conocer, con un sonido y un objetivo distinto. Si cada una de ellas se une surgirá una explosión de emociones tan vitales e intensas que te harán temblar, desaparecer y abandonar la realidad generalmente gris.


Sea lento o sea rápido, la melodía ya se ha calado dentro. Es demasiado tarde para escapar. Si no quieres sentir, no escuches, no te acerques. Caerás. No podrás irte... no querrás marchar.

La vibración hará temblar el alma de piedra, sanará la que esté herida y emocionará a la sentimental.


Me han pedido que le confiera vida.

No puedo, por ella sola ya la tiene.


Me han pedido que le regale una letra.

¿Seré capaz de conferirle un cuerpo digno?


Es sólo una melodía de piano, sólo música... pero es por ello que es tan bella. Me siento insignificante ante tal obra de arte.

Psicoanálisis del día (VI):

Un voto de confianza en el talento o vitud de una persona puede hacer que ésta se sienta, tras mucho tiempo, mucho mejor consigo misma.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Un casi incidente


Esta chica caminaba por la acera, por la carretera, por el prado, miraba a ambos lados y aún sabiendo que no pasaría ningún coche se quedaba quieta en el semáforo, esperando a que se pusiera verde.

Cuando alguien le proponía ir a hacer escalada ella inventaba alguna excusa. Sufría vértigo y con el tiempo el trastorno se agravó. No le importaba porque, en una relativa medida, lo controlaba.

Le inquietaban pensamientos horribles como que a su madre, padre... les pasara algo. Se ponía frenética con sólo pensar que les podrían haber hecho algo o que el coche les hubiera jugado una horrible pasada en la carretera.

En la escuela la señalaban y se reían de ella, por su supuesta ignorancia y torpeza. La calificaban de fea, de inútil y de mil agravios más... típicos de patio de escuela. Luchó con la indiferencia. No acabó por conseguirlo del todo.


Vivía con miedo.

...

Siempre.


Sin embargo, a los nueve o diez años, una tarde cualquiera después del colegio mientras su padre veía la tele en el salón entró en la cocina y... no sintió miedo. En realidad, no sintió nada.

No se inquietó ni tembló cuando palpó el acero del cuchillo sobre la muñeca. Sintió frío pero no le desagradó la sensación. Al menos, experimentó algo. Volvió a deslizar la sierra del cuchillo por la piel levemente. El frío seguía allí pero... más templado.

De pronto, a su espalda, su padre la miró con ojos desorbitados. A gritos, le quitó el cuchillo y la chica, con el nacimiento de las lágrimas en su mirada opaca, de repente..., sin más... lo olvidó todo. Todo se tornó negro de golpe.


Hubo una segunda ocasión de probar. Fue a la semana siguiente... Tal vez al mes. No recuerda si fue en otoño, en primavera, en verano o en invierno pero sabe que fue, también, después de clase.

Estaba sola en casa. Ni un alma. Su padre no estaba.

Caminó a la cocina, cerró la puerta, abrió el cajón, volvió a sujetar firmemente el cuchillo. El borde de sierra rozó con suavidad de nuevo su muñeca izquierda y ella, que en un pensamiento pobre pensó que ya nada podía ser peor, se preguntó qué pasaría si presionaba un poco más la carne.

Sangraría.

¿Qué pasaría entonces?

Dolería.

¿Luego?

La sangre correría rápidamente.

¿A continuación?

Se desmayaría.

¿Y al final...?

Que moriría. No volvería a despertarse.


Fue entonces cuando empezó a ver un funeral, caras tristes, una clase que ni se inmutaría y, de cerca, vislumbró a su madre y a su abuela llorando. Las vio desconsoladas, desesperadas... histéricas; incluso.

Y de pronto volvió a sentir el dolor, el miedo, el rechazo.

Arrojó el cuchillo lejos de ella para guardarlo más tarde en el cajón y cerrar éste con un golpe seco y nervioso.

Sintió algo. Sintió miedo. Y sintió asco... Odio y repulsión por toda aquella gente que habían estado a punto de ejecutar un paso que significaría no poder dar marcha atrás nunca más.

Decidió que, mientras hubiera una sola persona en el mundo que la necesitara, a esos no los abandonaría.


Aquella misma noche, llamó a su abuela y sonrió con satisfacción a su madre porque, por una vez, estuvo contenta de estar viva.


jueves, 4 de noviembre de 2010

Lista emocional

Puntos postivos:

1. Creatividad.
2. Solidaridad.
3. Empatía.
4. Simpatía.
5. Exigencia propia.
6. Originalidad.
7. Paciencia.
8. Análisis psíquicos.
9. Minuciosismo.
10. Inteligencia.
11. Influencia cero (en medida de progreso).
12. Orgullo en medida justa.
13. Voluntad.
14. Rechazo a la injusticia.
15. Perspicacia.
16. Perseverancia.
17. Responsabilidad.
18. Elegancia.



miércoles, 3 de noviembre de 2010

Psicoanálisis del día (V):

Las barreras emocionales, a la larga, resultan adictivas.
A partir de ahora... creo que me van a gustar más los conejos y los pájaros. Y, por último, intentaré que me toque un poco más el sol para no vivir siempre en la sombra.

martes, 2 de noviembre de 2010

Como una droga, como un cáncer

Al principio se trataba de un insulto, luego se tornó en un pensamiento obsesivo, más tarde en una taquicardia rápida y veloz, a continuación en una presión tan aguda que dejó un cráter en el lugar donde debía estar el corazón y, ahora, finalmente, cuando el objetivo principal es extraerlo, es cuando el dolor se intensifica más.
Es un tumor que se expande a la mínima que detecta una sonrisa, un optimismo, una mirada amable que podría ser, mínimamente, real. Se entesta en desacreditar palabras amables que por un segundo podrían alcanzar al espíritu. Poco a poco te va corroyendo como si fueras metal oxidado, olvidado en el tiempo y por la gente.

¿Nunca te has preguntado por qué llevo mejor la antipatía, los comentarios sarcásticos y ácidos a pesar de que alberguen una intención amistosa?

Y por ahí corre un halo de luz diminuto, sobreviviendo, adheriéndose a la resistencia de un ser complejo e inanimado emocionalmente. Corre, se esconde, huye de las sombras con la intención de llegar al corazón.

A veces pienso que podría ser alquitrán porque... es tan negra...

Es una droga poco común, difícil, complicada, extremadamente peligrosa. Es como un cáncer, una toxina adictiva que se expande lentamente pero con constancia a través del cuerpo, la mente y el espíritu.
Para salir de ella se necesita paciencia, fuerza de voluntad y... irónicamente e hirientemente, apoyo social.

viernes, 29 de octubre de 2010

A la niña de la infancia


En unas horas de trayecto me encontré rodeada de cadáveres con trajes extravagantes, moviéndose, riéndose, cantando, charlando. Era una humanidad aparentemente sana con un toque de locura. En cada uno de ellos encontré una imagen de mí misma mucho más joven, inocente, tal vez feliz.

Se trataba de una niña bajita, de pelo corto y castaño oscuro, completamente liso. Sus ojos avellana miraban curiosos a su alrededor, avariciosos por conservarlo todo en su interior. Llevaba vestidos que su abuela le compraba para hacerle parecer una muñeca. Y sonreía, no paraba de hacerlo.

Por un momento, por unas horas, ese reflejo no pareció lejano. Aquélla niña de infancia pareció no haber muerto.


Esa niña pequeña e inocente, sonriente y dulce, hace años fue asesinada a propósito... y sin quererlo. Recibió dos puñaladas certeras. La primera la dejó convaleciente, sangrando... con una pizca de vida todavía. Pero sufría.

Así que, decidida, agarré el cuchillo más cercano y la apuñalé a conciencia para acabar con ella y su inocencia.

Murió...

...o eso pensaba.


Porque hoy la he vuelto a ver, a sentirla. Parecía estar mucho más viva que nunca. Era como si él me la hubiera devuelto de pronto, atendiendo mi llamada más desesperada en silencio.

Y esa niña me miraba con cariño, con ojos bondadosos, como si jamás hubiera acabado con ella a propósito. Supe que, en el fondo, siempre había estado ahí, observándome. La ahogué en un mundo repleto de óxido y hierro, vacío y sangre, lágrimas y niebla... Un lugar demasiado oscuro para alguien tan pequeño.


Ella conlleva amor, felicidad, solidaridad... Me ha hecho volver a sentir algo. Me ha ayudado a sentir de nuevo esa empatía hacia alguien y sentirme útil, necesaria. Despertó de su letargo y, asustada, vio como otro ser experimentaba mis miedos. Y quiso disiparlos para que nadie más volviera a experimentar lo que yo sentía. Se convirtió en un farolillo; una luz a la que seguir en caso de pérdida.

Lea se quebró, Cath se rompió... pero ella... Ella siguió allí. Es la fuerte, la que se volverá a recomponer con más fuerza tras romperse millones de veces y seguirá sonriendo. Ésta vez, con más sinceridad.


...



Perdóname pequeña.

martes, 26 de octubre de 2010

Pajarito


Un pajarito puede caerse, es cierto. Pero siempre puede volver a echar el vuelo.

sábado, 23 de octubre de 2010

Recordatorio:

-Bases del concurso

-Ir a correos.

-Comprar chocolate.

-Coger Lazarillo de la biblioteca.

viernes, 22 de octubre de 2010

Una oportunidad


¿Cómo empezó...? ¿... todo esto?


No recuerdo ni qué día, ni quién fue, ni dónde... Llevo con ello desde la guardería. Sólo sé eso. No sé si fue el primer grito, la primera humillación, el primer empujón, la primera mirada de asco.

Se repitió en primaria. Y fue como una marea, un tsunami, un tornado... que acabó con un cuchillo y una mirada asustada.

En secundaria volvió con más potencia pero esta vez fue tan horrible que llegué a creer en la crueldad humana definitivamente. Pensé que volvería a romperme; a desaparecer.

...

Me quedé estancada en la estación. No avanzaba, no retrocedía. Si lo hacía, era a milímetros. Eso me lo ha enseñado un pájaro. Y es tan sencillo y simple que me sorprende. Es demasiado bonito. Sólo me queda la duda de saber qué especie es. Me gustaría encontrar más como él.


Y ahora, cuando han vuelto a romperse los esquemas, me gustaría sacarme la venda de los ojos. Me gustaría una oportunidad... aunque sólo fuera una pequeña. Una enana, diminuta, insignificante, escondida, reprimida, perdida... Pero que esté ahí, presente.


Sólo sé que me he cansado de estar en esta estación. Yo también quiero ver el bosque repleto de árboles...
... de oportunidades.

Psicoanálisis del día (IV)

Abrir un álbum de recuerdos subjetivos para añadir uno malo a la colección comporta un estado de apatía y dolencia.

jueves, 21 de octubre de 2010

Admito que es un alivio vislumbrar a siglos de distancia lo qué sucederá tarde o temprano. Nada te llega de sorpresa.
Sólo sirve para autoconvencerte de que tu propia opinión es la única que cuenta y que la intuición de cada persona, en multitud de ocasiones, es la mejor elección.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Psicoanálisis del día (III)

Un ciclo vicioso puede conllevar un acto automático y monótono en la mente difícil de romper.

martes, 19 de octubre de 2010

El dominio del arlequín


Hay un alerquín que viste de verde y azul oscuro, con una sonrisa pintada en el rostro que transmite la personificación de la burla y el cinismo.

Se mueve a cámara lenta, salta con pocos pasos y poca altura, se mueve grácilmente. En las manos lleva atados hilos plateados que brillan a pesar de estar en las sombras. Atados a ellos residen la soledad, el cariño, un deseo, la ira, la hipocresía, la alegría, la honestidad, la risa y la amabilidad.

Los dirige con maestría, mezclándolos entre sí hasta que llega un punto en el que se crea el caos. Ya no se sabe si se experimenta la tristeza o la alegría. Las emociones se entremezclan, el vacío parece querer crecer y gritar "¡sigo aquí, mírame!". Mientras, el arlequín se ríe de todo a su alrededor sin detenerse a pensar en nada.

A su vez, en medio de los hilos, un cuerpo lucha por seguir en la superfície y no ahogarse en sus propias sombras. Quiere llegar a alcanzar la luz; poder tocarla. Mueve las piernas, los pies; se tambalea entre hilos de plata, sombras pasadas y vacíos de hielo.

lunes, 18 de octubre de 2010

Psicoanálisis del día (II):

La confianza puesta en una persona se quiebra repetidas veces. Como consecuencia la mente desarrolla inmunidad ante las decepciones a causa de la "familiaridad" de éstas.

domingo, 17 de octubre de 2010

Fragmentos de un diario perdido


"Ya no tiene sentido creer en la amistad."

"¿Se creen que no sé lo que dicen de mí a mis espaldas? Bendita ignorancia..."

"He roto las fotos..."

"¿Por qué perder el tiempo con gente así?"

"La amistad [...] Ha quedado olvidada."

"... precavida, falsa y para nada confiada."

"[...] faceta falsa pero simpática."

"[...] me decanto por mi segunda cara."

"Estoy muy satisfecha."

"Adoro el anonimato que me he creado."

"... y más alejada y aislada del mundo."

"¡Todo es tan falso!"

"Me temo que jamás cambiaré de opinión..."



Me he reído mucho al encontrarlo. Muchísimo. Puede que este año, en cambio, decida ir poco a poco, poco a poco... como la tortuga.

Será como caminar por un campo de minas, tanteando el terreno, despejando y abriendo los ojos a la tierra y la hierba que oculta la rosa o la hiedra venenosa.

Aprovecharé cada segundo para saber si, en el fondo, esos difuntos merecerán la pena como personas. Para empezar...

...una escapada a Salamanca no estaría mal... ¿no?

jueves, 14 de octubre de 2010

Preguntas que no se dicen en voz alta


Hoy un alma caritativa y de mente sencilla se ha ofrecido a responder a estas preguntas... Aquellas cuestiones que se no dicen ni se meditan en voz alta:

1) ¿Se es capaz de ser feliz con una persona toda la vida?

2) ¿Existe una afinidad completa?

3) ¿Se puede estar vivo y muerto a la vez?

4) ¿Es posible sufrir de apatía?

5) ¿Es malo pensar tanto, reflexionar?

6) ¿Cómo se puede aceptar una persona a sí misma?

7) ¿Cómo saber que no formas parte de los estereotipos de la sociedad?

8) ¿Cómo romper un ciclo de apatía?

9) ¿Cómo llenar el vacío?

10) ¿Cómo sabes que no te estás engañando a ti mismo?

11) ¿Se puede vivir, sentirte lleno, ayudando a los demás únicamente?

12) ¿Hay UNA persona en el mundo que no intente cambiarte, capaz de aceptarte con tus virtudes y defectos?

13) ¿Cómo saber que eres inteligente?

14) ¿Cómo saber que tienes voluntad e instinto de superación?

15) ¿Se puede saber si eres digno de querer a alguien o que te quieran?

16) ¿Cómo distinguir cuando actúas y cuando no?

17) ¿Cómo saber si vales la pena como persona, amigo, familiar o pareja?

18) ¿Es de "bichos raros" cuestionarlo todo, no creer en nada y romper los estereotipos?

19) ¿Es normal sentirte vivo cuando sales de casa y muerto cuando estás en ella?

20) ¿Cómo puedes sentirte completo por dentro?


Las respuestas recibidas han sido muy optimistas y sencillas. No obstante, cada contestación será distinto desde el punto subjetivo de cada persona. Es algo evidente.



Charlas de mayores (o un intento al menos):

-No pienses tanto, no te aceptas, todo lo ves muy complicado, ¿cómo puedes decir que no sientes nada? ¿Por qué? ¿Y eso qué más da? Tú no eres como los demás, sino que aburrido sería todo; que no puedes...


Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla...


Ojos en blanco; cara de circunstancias.

-No, mamá, no soy una sociópata.


...

(Al menos eso creo)


Pobre mujer... Qué nerviosa la pongo.