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miércoles, 13 de abril de 2016

En ti vi el azul


A H.,

Nunca se me ha dado especialmente bien la amistad. Ya de pequeña la veía como una certeza cínica. Porque me escasea la fe.

La amistad no la creía real. Era gris. Un pantallazo negro de un programa barato.

Esa rutina social no cambió demasiado en el instituto. Me llenaba los oídos con las voces que me repudiaban o, bien, me ignoraban. Las pocas que me hablaron nunca me calaron. Eran ruido sordo de fondo.

Voces vacías.

¡Meow...!

Contigo todo fueron maullidos. Una fiera de cola enroscada y mirada negra que ruge y araña al mismo tiempo que, desde lejos, te guarda. De fondo, un cielo infinito abierto al mundo.

Imagina una pradera abierta al mundo. A un mundo infinito. Ese mundo eterno que sólo abarcan los libros, las plumas, el olor de la lluvia, la noche cerrada, la honda negrura de los ojos de un felino.
Una agraciada figura a cuatro patas pisa la hierba, la hace saltar, revolotea entre ella y, en el aire, la hace prender. Chispas, Fuego. Una pequeña llamarada que crece cuando ríe. Que se expande, que se crece, que abraza, que quema, que con gusto abrasa.

Su risa sabe a fuego, a unas brasas vestidas del hondo azul que guarda el mar.

... Y la fiera se volvía mujer.Una joven que se mecía en el viento mientras el azul del fuego le lamía las piernas. Lucía un vestido ribeteado de marfil y su risa me alcanzaba con la misma facilidad que lo hacía la brisa del mar. Había algo en su presencia que flotaba, que fluía de la misma forma que lo hace el viento cuando le revuelve el azabache de su pelo.

Y, de pronto, se volvió a mirarme. Chasqueó la lengua, a sus ojos afloró la malicia, las comisuras de sus labios se rizaron. Ojalá viera a través de mis ojos cómo ríe. Cómo de hermosa se vuelve. 

Vislumbré una belleza huidiza, selectiva; como la hermosura de una vela que, únicamente, puede contemplarse cuando se asoma la luna.

Porque hay bellezas que sólo pueden contemplarse de noche.

Hay algo en ella que te recuerda a la negrura, a un felino oculto. En ella duerme una pantera vestida de noche, la misma que rehuía mis abrazos al mismo tiempo que ronroneaba un te quiero en mi oído.



Adoro su risa. Porque es contagiosa, es franca, como cuando te golpea la brisa... que más que chocar, te abraza.
Siento una ternura infinita por ella. Demasiado amor que dar, que devolver, que sentir, que reír, que a veces llorar.

La picardía enroscada en la cola de un gato, una chispa llamada astucia durmiendo en sus ojos, un ribeteado vestido blando llamado Beatriz, el rugido de una pantera, ternura cocinada en un muffin, colorete y brochas teñidas por las risas, una honda profunda tierra a la que llamo Azul. No azul del mar, no azul de llanto, azul de libertad, de infinito, de eternidad.

Si fueras la nada, serías infinito. Serías azul. Mi particular, alocado, querido azul.

Un azul profundo, un añil tan hondo que no se es capaz de abarcar, un matiz tan claro que únicamente con respirar ya sientes su libertad.

Porque eso eres para mí, siempre tantas cosas a la vez: mi azul, mi índigo, mi vida más celeste. Eres la mota de color que tiñe de cobalto el gris que ahogaba mis amistades.

Eres un fenómeno extraño, único y, aún así, real. Real porque me haces feliz. Contigo las rosas azules son ciertas, los gatos negros no traen la mala fortuna, las amistades las creo infinitas, las llamas me guardan de noche.

Gracias por esta amistad azul: por la compañía, por las críticas, por la confianza, por la aceptación. Gracias por ser, en definitiva, lo que significa ese color: confianza, libertad, fantasía, noche, lealtad, nobleza. Sinceridad cruda y absoluta en su esencia más primaria.

Mi paleta favorita hecha amistad.

Deseo, con el riesgo de pecar de ingenua y egoísta, que nuestra amistad sea como esa novela tuya en espera de sus últimas líneas: inacabada.


Tu sincera y alocada amiga,

C.

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Imagen extraída de deviantART. Nombre: Blue. Autor: AshleyxBrooke. /  Nombre: Blue. Autor: colorsformind.