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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Feliz Año Nuevo

No haré hincapié en lo que ha ocurrido en todo un año, en las viejas costumbres que se han ido o en las nuevas que ya empiezan a sustituirlas. Sólo haré una reflexión sobre lo que me quedo para el nuevo año que empieza.

Creo que me gustaría empezar el nuevo año con dos ideas en mente… pero no propósitos. No me gusta llamarlos así. Los propósitos se hacen independientemente de si se empieza o no un año. Se cumplen y punto, así que los que elabore los empezaré hoy mismo o los continuaré si ya se han iniciado.

Me gustaría, en primer lugar, empezar a aprender a tener fe. No esa fe ciega que tienen algunos en un altar o en los que avistan el mar y creen que nunca se avecinan las tormentas. Esa no.
Yo hablo de esa fe que cuenta que así como ocurren cosas malas, también suceden cosas buenas, incluso maravillosas, en el mundo… y en las vidas propias y ajenas.
Porque admito que me escasea la fe en las buena nuevas de la vida. Tengo demasiada creencia ciega en las malas, en las desgracias y en la angustia general que el mundo trae. Como se suele decir… "la vida es muy puta".
No obstante, quiero aprender a alegrarme por las sorpresas inesperadas que, aunque pequeñas, te sacan una sonrisa. Quiero descubrirlas sin echarles una mirada recelosa y pensar: “uy, esto pinta bien… seguro que algo malo esconde”.
La desconfianza me pierde.
Y la otra cosa que quiero llevarme al año que viene (y al otro, y al otro, y al otro, y al otro…) es “curarme la mente”. La tengo algo “mala”, algo “resfriada”. La pobre se pelea mucho conmigo y yo… Bueno, no la escucho en absoluto. En ocasiones creo que si lo hiciera perdería la cordura.
Mi eterno enemigo siempre ha sido mi cabeza. Siempre.
Como no empiece a reconciliarme con ella pronto, me plantearé la posibilidad de una lobotomía cerebral. Citando el poema de Bukowski…
“[…] hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
montarme un lío?”

Puede que el año que empieza me permita dejar salir al pájaro.
… Tan sólo un poquito.



¿Un consejo…? ¿Una sugerencia para el año nuevo que empieza, tal vez? Apreciad todo lo bueno que tenéis a vuestro alrededor, encariñaros con ello, pero antes que nada empezad por vosotros mismos.

Me largo a prender fuego a lo último escrito este año. Como siempre, me despido con fuego.
Feliz Año Nuevo a todos. Un abrazo enorme.

"La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos."
Henry Van Dyke

domingo, 7 de diciembre de 2014

Sylvia me hizo soñar


Estoy a solas en mi cuarto
Ebria de soledad, borracha de música,
Sobria de amores y curada en decepciones

Sylvia me mira con cara triste,
Me delira el aire, mi cuerpo balancea
Poesía, versos…
Creo que lo llaman esa hambre.

Y me paso la noche divagando
Con la cabeza embotada
Y la mente surcando recuerdos
Que quizá nunca fueron.

Me encuentro en mi cama
Cuando la noche apunta a las tres
Y el tic-tac, tic-tac

Me sorprende con los brazos cruzados,
Las piernas abiertas y el cuerpo
Erguido al querer saltar, acabar,
Cortar, sangrar, respirar, desaparecer, expirar.

Pero no, las sombras no llegan.
Otros tiempos más oscuros fueron…

El orgullo me levanta y el hondo
Agujero del oído me taladra las entrañas.
La vida palpita.
Porque la tierra estalla entre las piedras,
El fuego baila entre las llamas, el aire aboca paso
y el agua devora las rocas.