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miércoles, 29 de diciembre de 2010

Sujetos sin personalidad


Fingir o ser otra persona, otro personaje, otro papel... es muy fácil si te esfuerzas y le pones ganas.

La diferencia es que, por mucho que finjas, siempre sabrás quién eres de verdad porque lo que ocultes, lo que no dirás, será lo que marcará la diferencia entre tú y la máscara. Ese hecho será el que te produzca disciplina y que, a pesar de todo, en el fondo; te hará tener una personalidad relativamente definida.

No obstante, lo peor que existe dentro de la sociedad, muy por debajo de la hipocresía y la falsedad hiriente, de las puñaladas o palabras corrosivas que se disfrazaban de amigas... está la falta de carácter. Existen esos sujetos pobres, de alma triste y cansada, de mente corta e influenciable que; al verse rodeados por una masa directiva o de un individuo con poder persuasivo (ya sea lavial, sexual o extorsión), queda ciego, se venda los ojos y persigue al origen de su control. Suele ser un sujeto sin una pizca de madurez, que dice una cosa y piensa otra, cuya opinión es indefinible o inexistente y que, a falta de imaginación, imita la conducta de un segundo o tercer sujeto en juego.

Por supuesto, a falta de criterio propio, el individuo sin personalidad es utilizado por los sujetos anteriormente nombrados, que suelen usarlo como marioneta movidos por el interés. Evidentemente puede darse el caso que dichas marionetas también carezcan de personalidad pero suelen tener un fin o un objetivo más marcado. Esto se conoce vulgarmente con la expresión "vamos a putear al personal".


Este sujeto, más tarde, se verá demostrado que no sobrevivirá y que, o bien se hundirá, o bien aprenderá de sus errores cometidos. De la experiencia se aprende pero como en el caso de este sujeto la personalidad y, por tanto, el método de aprendizaje están más bien oxidados, el individuo en cuestión tendrá más problemas para asimilar y poner en práctica la experiencia adquirida.


Personalmente, a este especie de la sociedad, le llamo payaso e intento rehuirlo. Si se te pega, es de lo más molesto. Sugiero que los evitéis. A pesar de que no son, en su mayoría, peligrosos; sí que pueden adoptar una conducta agresiva dependiendo de quién les manipule y, además, su compañía no aporta nada de valor.
Sólo son molestos, moscas a las que ahuyentar.

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