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martes, 30 de noviembre de 2010

No se lo cuentes a nadie

¡Shh...!
...
¡Shh...!

Te contaré un secreto: empiezo a palpar las emociones humanas. En concreto, la peor de todas.
Te contaré un secreto: estoy experimentando algo cercano, cálido, inusual... por una persona.
Te contaré un secreto: creo que tengo un cráter en el pecho que simboliza la falta de alguien, la necesidad de cercanía.

¡Shh...!
¡Shh...!
...


No se lo cuentes a nadie...
...porque ni siquiera lo he aceptado yo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Criatura etérea... ¿quién eres tú?


Criatura etérea

que no apareces...

¿eres mayor o pequeña?


Te siento muy cerca.


Existes y vives en la oscuridad

pero no te ahogas.

Brillas con luz propia.


¿Cómo lo haces?

Dime quién eres tú.

Sonríes y bailas,

rebosas libertad.


Una vez fui así.


Infravaloras a la morena.

Ignoras a la pelirroja.

Eres una luna llena.


Eres como un fantasma.


No dejas de brillar,

juegas entre sombras.

Eres un imposible.


¿Quién eres tú? ¿Tal vez un bonito sueño?


¿Eres una musa?

¿Una ninfa?

¿Una niebla cualquiera?

¿Un susurro?


...


Por eso te pregunto... ¿quién eres tú?

sábado, 27 de noviembre de 2010

Emociones que afloran


Manos entrelazadas, abrazos, susurros en el oído, cosquillas en puntos clave... y un sofá de cuero negro. Paredes blancas, frescos en el techo, silencio... y un piano.

...

Los besos que saben a sangre no se hacen esperar.


Puede que sí se pueda sentir después de mucho tiempo. Ojalá sea así.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Una lección increíblemente satisfactoria:

"A cada cerdo le llega su Sant Martín".




... y me encanta.

¿Seguir a la masa...? Rotundamente no.


Hoy ha sido uno de esos días en los que te divides entre una misantropía agudizada y una inclinación a una nueva ilusión.

Todos juntos, como una masa, como un rebaño, como una multitud sin rumbo... entre música de carente gusto, alcohol barato, desmayos puntuales, roces voluntarios y vacío de alma.

Os encanta seguir a la masa. Sois demasiado predecibles así que no, no apareceré por ahí.

...

Qué aburrido.



Prefiero esperar a mañana, cuando estaréis luchando contra una muy segura resaca mientras yo paseo entre obras de arte y disfruto de una compañía grata, ilusionada por primera vez en mucho tiempo.

martes, 23 de noviembre de 2010

Bum, bum... Bum, bum...


Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...

...


Si un amigo te dice que quiere desaparecer,

Si te cuenta que quiere abandonar,

Si te confiesa que se abandonaría al abrazo de un tren,

Si te recuerda un pasado cruel que sigue palpante,

Si te confía que es fácil poder decirte la verdad,

Si te mira y se rompen sus esquemas,

Si te muestra su verdadera cara,

Si te explica que no se siente real...

... y que desconoce lo qué es sentir o palpar una emoción...


... dile que no quieres que desaparezca,

aclarale que si quiere abandonar no lo permitirás,

explícale que si quisiera ya se hubiera arrojado a las vías y no te lo contaría,

confiésale que no permitirás que pase por lo que tú pasaste en su momento,

pregúntale el por qué te lo dice a ti,

cógele y sigue ahí, constante, haciéndole saber que estás ahí,

muéstrale que tú también tienes una máscara,

enséñale que su corazón sigue latiendo...

... y que aunque no sienta nada por nadie, dile que tú sí y que por eso le necesitas.


...

Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...


Si los miedos arrasan allá por donde pasan, si en tu cabeza vuelven las dudas, si en tu cuerpo se confabulan los fantasmas.

Respira hondo, apaga la luz, disfruta del silencio, vuelve a respirar y escucha atentamente, de forma muy clara, cómo el corazón sigue latiendo.

Está vivo. Tú también.

Aprovecha el momento, no pienses, no digas nada, no preguntes, haz lo que creas. Sé tú mismo.


Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...

Bum, bum...



Está vivo. Tú también.

...


Sentir será cuesíón de tiempo y compañía.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Psicoanálisis del día (VIII):

Un miedo o varios de ellos, reprimidos, pueden destrozarte el cuerpo y volver locos a los que te rodean.

Amenaza maternal

Si tienes a una madre que amenaza con llevarte a urgencias porque cree que estás entre la delgada línea entre chica sana y anoréxica no puedes evitar reírte en su cara... aunque suene verdaderamente cruel.


¿Cómo algo tan bonito puede trastornarte tanto por dentro?

viernes, 19 de noviembre de 2010

Recaída


Hoy he visto un espectro.


Era alto, delgado, pálido, débil y tenía forma de mujer. Lo he visto en un sólo instante, como en un resplandor.

Me observaba con la malicia tintada en su rostro, burlándose de mí una y otra vez. Me acusaba de mi estupidez, de mi ineptitud, de mi ignorancia, de mis buenas intenciones... Quería acabar con mi estabilidad de un plumazo.

Se volvió hacia las puertas, hacia las ventanas, hacia las grietas, hacia los agujeros... Lo tapó todo. La luz de dentro, por un momento, se extinguió. La oscuridad lo invadió todo de nuevo y sentí el familiar abrazo de ese espectro, susurrándome a la oreja si el cambio valía la pena.


Experimenté de nuevo el pánico.


A la cabeza me vinieron miradas exspectantes, esperando una reacción. En silencio sonrieron con sorna, despreciándome una vez más... como si no fuera nada. Me sentí polvo de nuevo. Desesperada busqué una máscara y encontré una resquebrajada, olvidada no hacía mucho.

Encontré un pozo.

Uno ancho, oscuro, profundo... inalcanzable. Me sentí atraída, me sentí tentada y, ahora, lucho por hacer un esfuerzo y no caer de nuevo en esa antigua y maravillosa hipocresía.


Con un último vistazo, sorprendida, vislumbré a aquel espectro de niebla llamándome entre punzadas, cantos de sirena... y dolor


miércoles, 17 de noviembre de 2010

Expulsar el infierno del propio cuerpo


A veces pienso que soy una copia barata y de mala calidad de ése tipo de chica que se queda vomitando en el baño y se menosprecia hasta el punto de querer destrozarse el cuerpo con todas sus fuerzas. Pone los dedos al fondo de la boca, roza un poco hasta palpar el cuello y las arcadas y todo lo demás viene solo.

Me han confundido con una anoréxica varias veces pero sé de buena pasta que no ve veo gorda ni tengo la necesidad de mostrarle al mundo si me doy asco o no.
___________


Los nervios pueden destrozarte. La oscuridad también.

...

Cuando sientes que tu visión se nubla, que un nudo en el estómago va creciendo hasta rozar los incisivos, que los nervios están a punto de hacer que caigas redonda... Es una auténtica bomba de relojería.

Y cuando, de pronto, te ves a ti misma expulsando tu oscuridad en la pica de la cocina o en la taza del inodoro, caes en la cuenta de que sigues albergando miedo al contacto, al acercamiento, al roce, a una mirada inquisitiva que pueda desnudarte a la vista de la gente.

El pánico parece estar enterrado pero sigue ahí, rasgando el cemento, la arena y el barro que han echado de por medio.


Miedo a querer. Miedo a ser querida.


Ahí, donde en frente van a parar los restos de la comida que hace poco has tragado, ves reflejado tu propio infierno. Entonces piensas que ya no lo tienes dentro y, entonces, más adelante acabas concluyendo...:

¡Uf! ¡Qué descanso...!



Vomitar no significa obligatoriamente que tengas problemas con la comida o que padezcas un trastorno alimenticio. Puede ser algo mucho menos conocido, más dificil de localizar y...

... por tanto, de tratar.
Lea.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Psicoanálisis del día (VII):

La seguridad en uno mismo puede flaquear cuando se acerca un momento clave

sábado, 13 de noviembre de 2010

¿Es esto felicidad?

Tal vez sean las hormonas, tal vez sea algún libro que me ha marcado, tal vez sea que ayer salí con buen gusto de boca o puede que sea porque me siento en mi sitio por primera vez.

No paro de sonreír.

Y es inusual, raro, extraño, desconocido... pero condenablemente divertido. Me siento más real, más palpable, más conectada con aquello llamado realidad; aunque ésta sea gris. La única diferencia es que, a pesar de que cueste pronunciarlo en voz alta, puedo asegurar que ahora no tengo por qué afrontarla yo sola.
Sentir, de momento, ya es un paso. ¿Es felicidad lo que estoy experimentando? Es... raro. No estoy acostumbrada.

Me tiemblan las piernas, los dedos centellean en el teclado, mis ojos parecen brillar más, el pecho ha dejado de doler y mi mente intenta asimilar todo lo sucedido en sólo dos meses. Han aparecido como un rayo, como un huracán y me han puesto el mundo del revés. Me han roto los esquemas.
Incluso han hecho que me sea más fácil volver a tener contacto con almas pasadas que ya consideraba perdidas. Esto no es normal, no es lo mismo de siempre, no es lo que yo pensaba... pero me gusta, me gusta mucho.

Un conejo y un pájaro me han roto los esquemas. ¿Los seguirán rompiendo de aquí en adelante?

Hechizada por un piano


Fue una sorpresa... encantadoramente agradable.

La voz de la profesora quedó a lo lejos, difuminada y borrosa. En su lugar apareció Claro de luna, de Beethoven, con sus tres movimientos completos y relativamente perfectos. Luego cambió a Vivaldi... Creo que era la primavera.

Después otra, y otra, y otra, y otra... hasta que eres consciente de que has pedido el rumbo, que estás fuera del mundo y ahora, en vez de ser rígida y tener los pies en el suelo, vuelas por las nubes a una altura inexplicablemente agradable. Dentro de ti, el corazón parece estar a punto de explotar por la mágica sensación que te recorre de arriba abajo.
Únicamente quieres escribir, leer, sonreír, soñar, dormir, expandir esa onda cargada de creatividad que te inunda y te hace temblar de los pies a la cabeza. Es magia, es felicidad... Y ésta es tan grande... que no sabes cómo expresarla por su complejidad. Sabes que aunque gritaras sería imposible decirle al mundo lo que sientes.

¿Eso es estar hechizada?

Sonríes. Sabes que sí.



Es imposible ser aplicada e intentar estar concentrada cuando, dentro y fuera de tu cabeza, los acordes de un piano van sonando.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Sólo soy de pega


Ya no recordaba lo que eran esas palabras, esos mensajes ocultos tras frases cargadas de simpatía. Aún así, sigo inmóbil, frente a una inclinación que me parece, ahora mismo, incapaz de corresponder.

El pecho me duele, me ahoga, me presiona porque sabe que, ese interés, me desequilibra. No consigue halagarme, sino inquietarme porque no es más que la forma de recordarme a mí misma que no experimento esa emoción que, según dicen desde tiempos antiguos, mueve el mundo.

No sé qué es eso.

Se puede seguir el instinto pero tarde o temprano eso acabará por cansarme y me pondrá de los nervios. Tampoco quiero volver a engañarme de una forma tan descarada.


No pienses que soy de verdad. Únicamente soy alguien que está de paso, una nómada sentimental que marcará un capítulo de tu vida que recordarás como el engaño.
No creas que puedo ser de verdad, sólo soy de pega.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Le falta cuerpo


Los dedos revolotearon por encima de aquél cuerpo delgado, largo, extenso, tintado de blanco y negro. Cada tecla es un mundo nuevo por conocer, con un sonido y un objetivo distinto. Si cada una de ellas se une surgirá una explosión de emociones tan vitales e intensas que te harán temblar, desaparecer y abandonar la realidad generalmente gris.


Sea lento o sea rápido, la melodía ya se ha calado dentro. Es demasiado tarde para escapar. Si no quieres sentir, no escuches, no te acerques. Caerás. No podrás irte... no querrás marchar.

La vibración hará temblar el alma de piedra, sanará la que esté herida y emocionará a la sentimental.


Me han pedido que le confiera vida.

No puedo, por ella sola ya la tiene.


Me han pedido que le regale una letra.

¿Seré capaz de conferirle un cuerpo digno?


Es sólo una melodía de piano, sólo música... pero es por ello que es tan bella. Me siento insignificante ante tal obra de arte.

Psicoanálisis del día (VI):

Un voto de confianza en el talento o vitud de una persona puede hacer que ésta se sienta, tras mucho tiempo, mucho mejor consigo misma.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Un casi incidente


Esta chica caminaba por la acera, por la carretera, por el prado, miraba a ambos lados y aún sabiendo que no pasaría ningún coche se quedaba quieta en el semáforo, esperando a que se pusiera verde.

Cuando alguien le proponía ir a hacer escalada ella inventaba alguna excusa. Sufría vértigo y con el tiempo el trastorno se agravó. No le importaba porque, en una relativa medida, lo controlaba.

Le inquietaban pensamientos horribles como que a su madre, padre... les pasara algo. Se ponía frenética con sólo pensar que les podrían haber hecho algo o que el coche les hubiera jugado una horrible pasada en la carretera.

En la escuela la señalaban y se reían de ella, por su supuesta ignorancia y torpeza. La calificaban de fea, de inútil y de mil agravios más... típicos de patio de escuela. Luchó con la indiferencia. No acabó por conseguirlo del todo.


Vivía con miedo.

...

Siempre.


Sin embargo, a los nueve o diez años, una tarde cualquiera después del colegio mientras su padre veía la tele en el salón entró en la cocina y... no sintió miedo. En realidad, no sintió nada.

No se inquietó ni tembló cuando palpó el acero del cuchillo sobre la muñeca. Sintió frío pero no le desagradó la sensación. Al menos, experimentó algo. Volvió a deslizar la sierra del cuchillo por la piel levemente. El frío seguía allí pero... más templado.

De pronto, a su espalda, su padre la miró con ojos desorbitados. A gritos, le quitó el cuchillo y la chica, con el nacimiento de las lágrimas en su mirada opaca, de repente..., sin más... lo olvidó todo. Todo se tornó negro de golpe.


Hubo una segunda ocasión de probar. Fue a la semana siguiente... Tal vez al mes. No recuerda si fue en otoño, en primavera, en verano o en invierno pero sabe que fue, también, después de clase.

Estaba sola en casa. Ni un alma. Su padre no estaba.

Caminó a la cocina, cerró la puerta, abrió el cajón, volvió a sujetar firmemente el cuchillo. El borde de sierra rozó con suavidad de nuevo su muñeca izquierda y ella, que en un pensamiento pobre pensó que ya nada podía ser peor, se preguntó qué pasaría si presionaba un poco más la carne.

Sangraría.

¿Qué pasaría entonces?

Dolería.

¿Luego?

La sangre correría rápidamente.

¿A continuación?

Se desmayaría.

¿Y al final...?

Que moriría. No volvería a despertarse.


Fue entonces cuando empezó a ver un funeral, caras tristes, una clase que ni se inmutaría y, de cerca, vislumbró a su madre y a su abuela llorando. Las vio desconsoladas, desesperadas... histéricas; incluso.

Y de pronto volvió a sentir el dolor, el miedo, el rechazo.

Arrojó el cuchillo lejos de ella para guardarlo más tarde en el cajón y cerrar éste con un golpe seco y nervioso.

Sintió algo. Sintió miedo. Y sintió asco... Odio y repulsión por toda aquella gente que habían estado a punto de ejecutar un paso que significaría no poder dar marcha atrás nunca más.

Decidió que, mientras hubiera una sola persona en el mundo que la necesitara, a esos no los abandonaría.


Aquella misma noche, llamó a su abuela y sonrió con satisfacción a su madre porque, por una vez, estuvo contenta de estar viva.


jueves, 4 de noviembre de 2010

Lista emocional

Puntos postivos:

1. Creatividad.
2. Solidaridad.
3. Empatía.
4. Simpatía.
5. Exigencia propia.
6. Originalidad.
7. Paciencia.
8. Análisis psíquicos.
9. Minuciosismo.
10. Inteligencia.
11. Influencia cero (en medida de progreso).
12. Orgullo en medida justa.
13. Voluntad.
14. Rechazo a la injusticia.
15. Perspicacia.
16. Perseverancia.
17. Responsabilidad.
18. Elegancia.



miércoles, 3 de noviembre de 2010

Psicoanálisis del día (V):

Las barreras emocionales, a la larga, resultan adictivas.
A partir de ahora... creo que me van a gustar más los conejos y los pájaros. Y, por último, intentaré que me toque un poco más el sol para no vivir siempre en la sombra.

martes, 2 de noviembre de 2010

Como una droga, como un cáncer

Al principio se trataba de un insulto, luego se tornó en un pensamiento obsesivo, más tarde en una taquicardia rápida y veloz, a continuación en una presión tan aguda que dejó un cráter en el lugar donde debía estar el corazón y, ahora, finalmente, cuando el objetivo principal es extraerlo, es cuando el dolor se intensifica más.
Es un tumor que se expande a la mínima que detecta una sonrisa, un optimismo, una mirada amable que podría ser, mínimamente, real. Se entesta en desacreditar palabras amables que por un segundo podrían alcanzar al espíritu. Poco a poco te va corroyendo como si fueras metal oxidado, olvidado en el tiempo y por la gente.

¿Nunca te has preguntado por qué llevo mejor la antipatía, los comentarios sarcásticos y ácidos a pesar de que alberguen una intención amistosa?

Y por ahí corre un halo de luz diminuto, sobreviviendo, adheriéndose a la resistencia de un ser complejo e inanimado emocionalmente. Corre, se esconde, huye de las sombras con la intención de llegar al corazón.

A veces pienso que podría ser alquitrán porque... es tan negra...

Es una droga poco común, difícil, complicada, extremadamente peligrosa. Es como un cáncer, una toxina adictiva que se expande lentamente pero con constancia a través del cuerpo, la mente y el espíritu.
Para salir de ella se necesita paciencia, fuerza de voluntad y... irónicamente e hirientemente, apoyo social.