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lunes, 4 de octubre de 2010

Una figura paterna (en mi opinión) original


Era una presencia autoritaria... pero increíblemente divertida.


Se tumbaba en la hamaca o sofá a dormir después de una buena comida. Al pasar una hora una niña se acercó a él. Ésta le tocó el brazo, la mejilla, la frente, la boca, el codo... pero nada.

A sus espaldas, saltó un flash. Detrás de ella su tía sonrió y, como si hubiera conseguido la prueba de una travesura, se fue corriendo con la cámara en mano.


La niña se volvió de nuevo hacia al hombre ignorando a la mujer. Éste roncaba. La niña sonrió con los ojos en blanco.


En un momento de lucidez y travesura infantil, con confianza e ignorando con encanto la repugnancia, la niña de seis años o siete alzó el dedo índice hacia esa grande, pretenciosa, aguileña nariz. El dedo fue a parar a las fosas nasales.

El ronquido del hombre se hizo más intenso por un instante y murió de pronto, por el susto. El hombre se levantó de un salto de la silla con su hija en sus rodillas, riéndose a mares. Él frunció el ceño e hizo ademán de regañarla, pero nada.

Luego la hizo callar cómo sabía: atacándola con cosquillas. La hizo reír, llorar de felicidad y enfurruñarla por su victoria. Con un beso en la frente la cogió de la mano y se la llevó lejos de allí, al interior de esa torre en medio de un pueblecito perdido.




Habla con pasión sobre la guerra, los valores perdidos, la disciplina y el orden militar.

Cuenta mitos y leyendas, acciones y hechos verificados por libros e historiadores; hechizado por el polvo y el pasar de los años.

Disfruta comprando velas, toallas, jaboneras de multicolores para decorar el baño. Su cuarto de baño parece la copia de algún catálogo de decoración.

Dicta la entrada en casa sin zapatos.

Ordena el lavaplatos como una ingeniosa partida de Tetris.

Dedica sorpresas o detalles a dos hijas olvidadizas, imperfectas.

Puntualiza cómo se debería "aliviar" la existencia a un perro muy especial.

Posee un carisma innato y unos ojos azules que se ha quedado para sí.

Tiene un interés - espeluznante - por la Segunda Guerra Mundial y el régimen nazi.

Cree en sucesos y religiones que sólo tolero a medias.

Desea armas de fuego en casa, pilotar aviones y viajar en el tiempo para asesinar a un profeta.

Es malísimo en informática.

Siempre tiene un insulto preparado en la punta de la lengua.

Sigue por la calle al posible acechador de su hija pequeña.

Encontró al atracador que intentó atacar a su hija mayor.

Dice ser pacifista mientras mira de reojo a la hermana mayor de casa y ésta se ríe.

Siempre quiso tener niñas.

Se vuelve un niño en Navidad.

Graba cada uno de los pasos de su hija en la vida como si fuera un tesoro.

Persigue a la mujer de la casa por cada una de las habitaciones para buscar intimidad mientras advierte a las dos hermanas que quiere un poco de espacio.

Pide "por favor" que nadie le cuente nada de mujeres y los razonamientos de éstas.

Tiene un humor ácido y sarcástico.

Ronca con tanta intensidad que despierta a la madre de la casa.

Fue grabado por su mujer mientras roncaba.

Sigue y busca fielmente a su mujer cuando nota que ésta no está en la cama.

Se toma la cercana presencia de los cincuenta con humor.

Admite a escondidas que empieza a tener entradas.

Llora un poco al estar a solas con su mujer porque "no están las niñas"... aunque antes haya hecho ver que estaba contento o sereno cuando las hijas se iban.

Mira mal a los chicos que cruzan el umbral de su puerta con sus hijas.

Sufre un T.O.C. (Toque obsesivo compulsivo) por la limpieza y el orden.

Pinta el patio de luces de su escalera él solo porque "así habrá más luz".

Cuelga molinillos de colores en el balcón.
Se vuelve un rebelde y un gamberro en Sant Juan.

Sale al balcón a tirar cohetes en las fiestas, cuando se gana un partido o cuando, simplemente, algo le extasia. Los vecinos salen a verle saltar feliz en el balcón.

Hace pasar vergüenza a su hija mayor en el metro con sus gritos.

Se pone histérico cuando se ve rodeado de tanta hormona femenina.

Se burla a escondidas de algún amigo no apreciado por la hermana mayor.

Aparta a sus hijas de las ventanas mediante gritos o empujones si éstas van en paños menores.

Vacila a su jefe.

Ante preguntas complicadas esconde la cabeza bajo su servilleta a la hora de comer o cenar y dice "no estoy" con voz desesperada.

Tiene alergia a los animales pero ha permitido hámsters (poco tiempo vivos) en su casa para sus hijas.

Recomienda películas que siempre gustan.


Salvó a su hija mayor sin saberlo.

Pone música disco cuando pasa la aspiradora o después de cenar.

Hace buenas migas con los vecinos.

Despierta a la hija mayor el día de su cumpleaños con La cabalgata de las Valkirias a todo volumen.

Le gustan las películas del oeste.

Colecciona maquetas de tanques y aviones militares en el todopoderoso armario del recibidor.



Bueno... No es perfecto, lo admito. Pero no por eso dejaré de quererle.

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