Había olvidado ése tipo de mirada, esas sonrisas, esos gestos, esa inclinación del cuerpo ante el objeto de interés, esa indiferencia, ese despiste calculado...
... y no me ha gustado nada.
Al principio se trató de un escalofrío que me cruzó la espalda como un rayo. Apareció una oleada de calidez extremadamente leve que subió por mi pecho... y se detuvo ahí. Porque, en un segundo, como en un destello, una gruesa capa de escarcha detuvo la chispa.
Escuché el grito, más tarde gemido, agonizante y muerto de una llama interior. Luego todo se convirtió en frío, un campo helado. Éste sigue aquí, congelando cada rincón de éste apático ser, el cual siente el vacío emocional tan natural como el sol, la luna o la lluvia, que acrecienta la nada.
A escondidas me río de la ignorancia, de la ingenuidad, del poco sentido de la orientación... Todo es estúpido. Es innecesario, inútil... como éste frío ser.
Un segundo puede justificar una vida como puede arrebatarla. Todo es circunstancial.
ResponderEliminarLo complicado viene cuando los segundos duran demasiado o demasiado poco - y me entenderás.
Conozco un lugar, creo, como el que deseas.
ResponderEliminar