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sábado, 1 de enero de 2011

Año Nuevo 2011


Quemar deseos por tercer año consecutivo, jugar con cerillas, pelearse con un papel que no quiere prenderse, mirar al cielo y esperar algo de lluvia, despedirse y no verse hasta el día siguiente, ignorar a quién busca pelea de mala manera en el metro, irse a cenar con gente que no conoces hasta media hora después de presentaros, ir cogida de la mano, preocupación, agobiarse, jugar con una cámara, hacer ver que algo no va mal, grabar las tonterías que ocurren en la última noche del año, perder la poca hambre que se tiene al ver mezclas sin sentido, escuchar chistes verdes que no hacen gracia, besar varias veces, contar los minutos que quedan, rechazar lacasitos, atragantarse con las uvas, besarse de nuevo, observar a gente mayor bailar sin sentido del ritmo, tener complicaciones para pagar una cena, ir en dirección a Marina, separarse del grupo, encontrarse con otra gente distinta, sentir alivio, dormir encima de una persona, contestar varias veces al móvil, notar por la voz que tu madre te echa de menos, preguntarte a qué hora va a llegar a casa, no sentir los pies, caminar por la zona esperando al grupo anterior, irlos a esperar el metro, observar cómo el alcohol hace estragos en la gente, ser consciente de quién sabe beber y quién no, volver a ver a la misma gente, miradas que te hacen sospechar, ir de la mano para alejar malos augurios, escuchar el ronroneo de esa persona en el oído, captar emociones e instintos, ser una de las once víctimas a las que persigue un alcóholico por la calle, ver a ese mismo borracho siete veces en una noche, salir y entrar a un local el mismo número de veces acompañada, tener una charla necesaria, ser objeto de una reprimenda, agradecer eso, intentar evadirte y no pensar en algo que te va matando por dentro, abrazar y besar a esa persona treinta veces más y tacharte de imbécil, escuchar ese ronroneo también unas treinta veces, reprimir el pánico con todas tus fuerzas, ganarte la simpatía de gente nueva, sorprenderte de tus actitudes sociales, ser objeto de abrazos efusivos por parte de gente que acabas de conocer, congeniar muy bien con alguien adecuado, quedarte inmóvil ante tanto cariño, no saber cómo reaccionar, volver a llevarte bien con alguien distinto y muy abierto que posee tu misma base de carácter, volver en metro acompañada, encontrarte a gente que no conoces por casualidad, que una chica te hable con plena efusividad sólo conociéndote de hace dos minutos y puede que ni siquiera eso, regreso a casa a las seis de la mañana en pareja, entrar en ella y saludar a tus padres, prepararte para ir a la cama, ir a darle las noches a quien duerme al lado por órdenes paternas, ofrecerle un tigre de peluche como compañía, ponerle en la cabeza un gorro de navidad por petición suya, besos nocturnos, contar las horas que domirás, maldecir por lo bajo al saber que sólo serán cinco...



Feliz Año Nuevo 2011



... y saber en silencio que, por rutina o por desgracia, el año nuevo empieza con el mismo caos, dudas e ideas que el anterior.

2 comentarios:

  1. Muy chulo el texto, creo que has sabido captar la rutina de lo que sucede una sola vez al año de repitiendo cosas totalmente comunes del día señalado de un modo genial.

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