En mi interior existe una chispa, un atisbo de luz que no es nada claro... sin importarme que sea así. Es más bien oscuro, pequeño y rodeado de bruma. A ojos de la gente es imposible de ver, demasiado pequeña y a veces demasiado grande para asimilar.
Es ese tipo de luz ya extinguida, que pocas veces sale a relucir. Aquella por la que una voz susurra: no pienses en nada, sigue tu ritmo.
Te insta a la soledad, al placer de la tranquilidad y el reposar que te ofrece cualquier rincón apartado de la rutina, sus gentes y la masa gris que impera en tu entorno.
Es esa pequeña chispa que te insta peligrosamente al egoísmo, a dejarte llevar por una rebeldía secreta que solamente tú sabes entender.
Es ese tipo de luz ya extinguida, que pocas veces sale a relucir. Aquella por la que una voz susurra: no pienses en nada, sigue tu ritmo.
Te insta a la soledad, al placer de la tranquilidad y el reposar que te ofrece cualquier rincón apartado de la rutina, sus gentes y la masa gris que impera en tu entorno.
Es esa pequeña chispa que te insta peligrosamente al egoísmo, a dejarte llevar por una rebeldía secreta que solamente tú sabes entender.
Creo que es muy difícil de describir mejor éste sentimiento de complicidad que tenemos nosotros con nosotros mismos... A fin de cuentas, no todo lo que reluce es oro, y en muchas ocasiones es la oscuridad la mejor guia, pues es en ésta oscuridad en la que la más tenue luz brilla... De modo que tenemos que aprender a convivir con ella sin ser engullidos... Complicada dualidad.
ResponderEliminarLa naturaleza del ser humano es egoísta.
ResponderEliminary la desición de serlo o no, es elección de cada persona.
Además, a veces va bien quemar algo de cerillas, quiero decir, you know,
ir un rato a algún sitio desconocido y dejar de pensar por almenos un segundo.
xoxo