Se puede llamar indiferencia, apatía, desinterés general por todo y por nadie.
Una copa de más o menos alcohol, una noche aparentemente acompañada, pensamientos sueltos, el vacío de la escritura, la cobardía, la falsa ignorancia mutua, el amplio tiempo libre, la memoria olvidadiza, películas que piden venganza, magia deseada no existente, un cuerpo nacido con mala estrella, una compañía que no llega, una propuesta familiar que no deseas, una afirmación repelente, una sensación desagradable, la bilis en la boca, un payaso al que no aguantas, una fuerza que te arrastra, otra que suplica, redes sociales que no interesan, libros que reflexionan sobre la mentalidad y filosofía humana, una cuenta atrás de dos semanas, un mundo esperanzador de cambios, un programa televisivo que te escupe en la cara, insultos varios hacia el conocimiento, lecciones justas pero inaceptables llevadas a cabo por un joven honesto, una charla literaria entre taquillas de gimnasio, señoras mayores que no creen lo qué escuchan, ojos desorbitados por la estupefacción, el querer un baile sensual mediante las caderas, una ropa que sugiere ir acompañada a la cama, un reflejo femenino que manifiesta el frío, un gobierno que no funciona, críticas hacia una ideología que ellos tampoco toleran, la letra de una canción que dice que morirás otro día, unos oídos deficientes que ya no importan, la anhelación de una buena charla que te deje satisfecha por dentro, miradas vacías que despiertan preguntas del tipo "¿qué te pasa?", la testarudez de una madre por querer saber cosas que no importan, ideas inquietantes sobre cómo debe ser un líder, razonamientos sobre la oscuridad del ser humano, una filosofía personal que roza el engaño y el caos mental, dos voces interiores que te hacen pensar objetivamente, un duro pasado ya superado, unos fantasmas que jamás te olvidan y tú tampoco a ellos, el sentirse no querida, un aspirador fraternal que te despierta por la mañana, no querer levantarte de la cama, un sueño que no recuerdas, imagenes mezcladas que ni siquiera unidas tienen lógica, tener un antojo alimenticio hacia los dulces o el picante, un nombre y un signo zodiacal que no se llevan bien, no encontrar ni una brisa de aire ni un asiento apropiado a ti, una frivolidad hacia ti misma que espera algo sin saber exactamente qué, un ángel que tarda demasiado, un solitario y una mierda que no pueden compartir los mismos gustos, una joven sin personalidad que te tacha de buena chica sin poder evitar que te eches a reír, un Freud con el que intentas psicoanalizarte, unos recuerdos valiosos de Florencia, pocas cosas que conmueven, desear el silencio y la paz de un buen museo.
La vida es demasiado aburrida si no se tienen unos objetivos.
Todo, absolutamente todo, me produce una increíble somnolencia.
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