Hoy y ayer fueron uno de esos días que sientes que la gente que te rodea apesta... ¡y sabes que tienes razón!
Risas
Jamás me habían insultado de una forma tan... bueno, desorbitante. He caído en la cuenta de que la mierda crece a un ritmo desorbitante si miras hacia otro lado. Los rumores son eso, rumores. Pero lo más curioso es que no me siento ni mal ni celosa, sino que no puedo parar de reír en todo el condenado día. A esto la gente lo llama un ataque de histeria, pero no creo que sea eso. Yo sólo digo que es Cath. Cath y su puto odio a toda la humanidad a través de la crueldad.
Es cierto: Dios los crea y ellos se juntan.
Risas
Tengo ganas de causar dolor. Cath quiere que cause dolor. Siento que el frío y la lluvia de estos días se han calado en mi cuerpo y no siento nada, ni amor ni dolor, sólo... ira.
Ira que toma forma de risa, ira que toma forma de indiferencia, ira que toma forma de crueldad, ira que toma forma de venganza.
Una venganza sutil y fría.
Ahora SÍ que todo ha dado un giro de ciento ochenta grados. Ya no me importa nada, ni siquiera ese... condenado sentimiento que estoy ahogando. Se está extinguiendo y soy feliz por ello.
Risas
Mi cara más psicótica aguarda, espera, a que este odio desaparezca o sea satisfecho. De momento sólo puedo escuchar todo el rato Die another day. La risa al final es como la de Cath, que no deja de saltar en mi cabeza una y otra vez.
Por cada pecado tendré que pagar,
He venido a trabajar, he venido a jugar
Creo que encontraré otro camino
No es mi tiempo de irme
[...]
Creo que moriré otro día
Otro día
Creo que moriré otro día
Otro día
Creo que moriré otro día
Otro día
Creo que moriré otro día
Otro día
Cath
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