A pesar de que noto que el subconsciente me está traicionando y aunque creo que en ocasiones caeré... si lo hago ahora todo el trabajo de un mes no habrá servido.
La pasada noche descubrí que fui capaz de suspirar de alivio al no dirigirme la palabra. Ya llevo un mes. 31 días sin sus palabras.
Me pregunto si me sostendré. En ocasiones el mono te nubla la mente. Pero he resistido, tengo fuerza de voluntad. Eso es algo que no podré negar nunca; llevo con ello desde que nací.
Algunas veces pienso si sería mejor verbalizar y esperar a que me dé la patada. Eso estaría bien, muy bien. Acabaría con todo de raíz y así podría partirlo todo en dos.
Y entonces, el hielo...
Y entonces, Lea me ayudaría a rehabilitarme.
Cuando siento que voy a desfallecer, desaparezco y me usurpa el sitio. Ella y mi subconsciente no se detienen a la hora de saber cuál es más fuerte. De todo corazón espero que sea ella... No podría volver a pasar por lo mismo otra vez.
Cuando Lea está en proceso de curación, irónicamente su autora también lo está.
...
Odio la dinámica cerebral
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