Besos con sabor a miel para que sepas cómo de dulce eres conmigo.
Besos con sabor a cielo para que sepas que me lo has enseñado tú misma.
Besos con sabor a fuego para que sepas que me has enseñado a luchar y no rendirme nunca.
Besos con sabor a acero para que sepas que me haces fuerte.
Besos con sabor a recuerdos para que sepas que te llevo en el pensamiento noche y día.
Besos con sabor a lágrimas para que sepas que si tú lloras yo lloro contigo.
Besos con sabor amargo para que sepas que me has mostrado cuándo hay que ser arisca.
Besos con sabor a hogar para que sepas que tu casa es también la mía.
Besos con sabor a familia, porque sé que te tengo ahí siempre.
Besos con sabor a agua porque tu voz y presencia con refrescantes.
Besos con sabor a viento porque me abres la mente.
Besos con sabor a silencio porque entre tú y yo sobran las palabras.
Besos con sabor a risa porque llevas toda la vida haciéndome reír.
Besos con secretos porque cada palabra que me envías tiene una doble lección.
Besos con sabor a fuerza porque me transmites tu poder y sabiduría.
Besos con sabor a humanidad porque respiras bondad.
Besos con sabor a tristeza, porque es lo que siento si pienso que no te tengo.
Besos con sabor a viaje porque cada uno me transmite tu experiencia en tus muchas travesías con la vida.
Besos con sabor a infancia porque fuiste tú quién me educaste y me quisiste cuánto pudiste y más.
Besos con sabor a ternura porque cada poro de tu piel rezuma dedicación.
Besos con sabor a café por todos aquellos buenos años en la cafetería.
Besos con sabor a melancolía porque contigo rememoro otros tiempos.
Besos con sabor a música por todas esas canciones que me cantaste cuando sólo era una cría.
Besos con sabor a abrazos porque me tuviste entre tus brazos cuando no pude sostenerme por mí sola.
Besos con sabor a picardía, por todas esas bromas, trampas, engaños y risas inocentes que me mostraste con humor y dedicación.
Besos con sabor a admiración por todas esas palabras cargadas de entusiasmo que me dedicaste alguna que otra vez y por las que yo siento lo mismo por ti.
Besos con sabor a libertad porque tú me brindaste individualidad.
Besos con sabor a perdón porque me disculpaste y seguiste ahí si alguna vez no obre bien.
Besos con sabor a comida y reprimendas por todas esas ocasiones en las que me obligaste a comer más.
Besos con sabor a oportunidades porque apostaste por mí siempre si los demás fallaron.
Y, por último, besos con sabor a piel, a amor, a tierra, a cariño, a confianza y a serenidad; cualidades que pienso contagiar a esta generación, a la siguiente y a las venideras gracias a tus años de dedicación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario