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miércoles, 20 de abril de 2011

Besos con sabor



Besos con sabor a miel para que sepas cómo de dulce eres conmigo.



Besos con sabor a cielo para que sepas que me lo has enseñado tú misma.



Besos con sabor a fuego para que sepas que me has enseñado a luchar y no rendirme nunca.



Besos con sabor a acero para que sepas que me haces fuerte.



Besos con sabor a recuerdos para que sepas que te llevo en el pensamiento noche y día.



Besos con sabor a lágrimas para que sepas que si tú lloras yo lloro contigo.



Besos con sabor amargo para que sepas que me has mostrado cuándo hay que ser arisca.



Besos con sabor a hogar para que sepas que tu casa es también la mía.



Besos con sabor a familia, porque sé que te tengo ahí siempre.



Besos con sabor a agua porque tu voz y presencia con refrescantes.



Besos con sabor a viento porque me abres la mente.



Besos con sabor a silencio porque entre tú y yo sobran las palabras.



Besos con sabor a risa porque llevas toda la vida haciéndome reír.



Besos con secretos porque cada palabra que me envías tiene una doble lección.



Besos con sabor a fuerza porque me transmites tu poder y sabiduría.



Besos con sabor a humanidad porque respiras bondad.



Besos con sabor a tristeza, porque es lo que siento si pienso que no te tengo.



Besos con sabor a viaje porque cada uno me transmite tu experiencia en tus muchas travesías con la vida.



Besos con sabor a infancia porque fuiste tú quién me educaste y me quisiste cuánto pudiste y más.



Besos con sabor a ternura porque cada poro de tu piel rezuma dedicación.



Besos con sabor a café por todos aquellos buenos años en la cafetería.



Besos con sabor a melancolía porque contigo rememoro otros tiempos.



Besos con sabor a música por todas esas canciones que me cantaste cuando sólo era una cría.



Besos con sabor a abrazos porque me tuviste entre tus brazos cuando no pude sostenerme por mí sola.



Besos con sabor a picardía, por todas esas bromas, trampas, engaños y risas inocentes que me mostraste con humor y dedicación.



Besos con sabor a admiración por todas esas palabras cargadas de entusiasmo que me dedicaste alguna que otra vez y por las que yo siento lo mismo por ti.



Besos con sabor a libertad porque tú me brindaste individualidad.



Besos con sabor a perdón porque me disculpaste y seguiste ahí si alguna vez no obre bien.



Besos con sabor a comida y reprimendas por todas esas ocasiones en las que me obligaste a comer más.



Besos con sabor a oportunidades porque apostaste por mí siempre si los demás fallaron.






Y, por último, besos con sabor a piel, a amor, a tierra, a cariño, a confianza y a serenidad; cualidades que pienso contagiar a esta generación, a la siguiente y a las venideras gracias a tus años de dedicación.



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