Durante toda esta semana he sentido una multitud de emociones distintas...
Escepticismo, melancolía, un amor moribundo, una alegría superficial y, puede, una satisfacción compensada.
Quiero que se acaben las mentiras,
Quiero arrancarme el corazón para no poder sentir nada,
Quiero ver un poco de luz en el túnel,
Quiero el agua, el viento, el fuego y la tierrra bajo mis pies
Quiero... que te pongas bien.
SafeCreative
sábado, 29 de mayo de 2010
miércoles, 26 de mayo de 2010
Las pulsiones de la autodestrucción: Thánatos
Lo prometido es deuda, Lea.
...
En la mitología griega, Thánatos era la personificación de la muerte no violenta. Solamente con tocar a alguien suavemente, éste moría. Caracterizado por su eterna e intensa oscuridad, se le representaba como un joven alado y era considerado hijo de Nix, la diosa de la noche.
A pesar de su poder, quedó a la sombra de Hades, el rey de los muertos.
Sin embargo, aunque Thánatos es considerado una figura mitológica griega, también tiene un papel destacado en el psicoanálisis de Sigmund Freud.
Sabes de sobra que no soy ninguna experta, que los misterios de la mente no me atraen y que yo me dejo llevar por los impulsos, no como tú. Pero intentaré retratarte lo mejor que pueda, Lea.
Freud estableció dos tipos de pulsiones: Eros y Thánatos. El primero el de la vida, el segundo el de la muerte. Yo me fijaré en el segundo. Éste representa un movimiento agresivo, que en ocasiones se resuelve en una energía que nos induce a volver a un estado de calma.
Las pulsiones de muerte se dirigen primeramente hacia el interior y tienden a la autodestrucción; secundariamente se dirigirán hacia el exterior, manifestándose entonces en forma de pulsión agresiva o destructiva.
C., la Dra. Myers y yo sabemos que tienes los impulsos de Thánatos muy agudizados... Lo sabes incluso tú.
Por mucho que lo escondas, ¿dónde han quedado esos días en los que te encerrabas en tu cuarto sin salir o te avecinabas en el baño desesperada, para sacar toda tu oscuridad y dejar que se ahogara por el desagüe del retrete? Porque... ¿te acuerdas de cuándo vomitabas porque no soportabas ni a tus propios demonios? Eh, ¿te acuerdas?
Toda la mierda que tuviste dentro, en el interior, era impresionante. Y la sigues teniendo, porque sigues empeñada en esconderte en esa mierda de máscara que más de una vez yo misma he hecho trizas. Luego te cabreas, te dejas llevar por la ira, y sacas al monstruo.
Sabes de sobra que Thánatos, tu monstruo, no me asusta. ¿Cómo puedes pensar que un monstruo se verá capaz de ahuyentar a otro?
...de acuerdo a esta idea, sentían el impulso de volver a su estado inanimado y pre-orgánico, pero querían consumar tal objetivo cada uno a su manera.
Encuentras un placer especial en volver a tu pesadilla personal, como si recrearte en ella te proporcionara la oportunidad de hacer que nada hubiera ocurrido. A pesar de tu manía de ser tan... perfeccionista, él la hubiera cagado igual y lo sabes.
Cuando sacas al monstruo para que nadie vea lo que estás haciendo, me recuerdas a mí. Alejas a tu madre, mientes a tus hermanos - si se les puede llamar así -, y encima pretendes mantener la farsa.
De todas formas, discrepo en esa respuesta destructiva y violenta que tiene lugar en la pulsión de Thánatos. No te creo lo suficientemente estúpida como para acabar con todo de un sólo golpe. Ni siquiera puedes pronunciar la palabra prohibida sin miedo a romperte... o que lo haga C. Ella misma la ha escuchado hoy y no se ha desmontado. Ahora te toca a ti, ¿no te parece?
De todas formas, a pesar de tus tendencias autodestructivas, tu falsedad, tu sublime indiferencia y tu ira homicida contra mí, quiero que sepas que te considero una chica fetén.
Como las chicas más cursis que hay por ahí, te diría que te quiero, pero me lo ahorraré porque las dos sabemos que mentiría y eso te enfurecería aún más de lo que lo estarás cuando leas esto.
martes, 25 de mayo de 2010
Al habla Cath
Lea está durmiendo y me ignora y a parte C está hasta arriba de estudiar con la selectividad a la vuelta de la esquina, así que hoy hablaré yo: Cath.
A parte, C. está hablando con ese gilipollas al que no aguanto. Tan poca voluntad me enfurece, como a Lea, aunque ésta última parece ignorarnos a todos... Más de una vez le he dicho a C que si me sacara, a él le haría pasar un buen rato...
No me extraña que luego me gane los apodos que tengo.
Bueno, sólo comentaba para que supierais que mañana, con suerte, actualizaré con un post exclusivamente para Lea.
Será divertido ver su furia...
martes, 18 de mayo de 2010
Pesadillas
Hacía ya un año cuando tuve la última.
Y pensé "Vale, ya está... Ésta es la última"
Estaba en casa de la abuela... siempre en casa de la abuela. No podía ser en otro sitio ¿verdad?
Y ni siquiera me acuerdo muy bien de lo qué estábamos haciendo por las lagunas de memoria. Estaba con el abuelo, charlando, animados. Estábamos bien, parecía feliz... como lo había parecido él. Pero entonces, de la nada, desaparece. Sale mi tía y me lo dice: La acción de los pecadores, la palabra que sabe a ponzoña y que te apuñala una y otra vez.
Mi abuelo muerto.
Y te despiertas desesperada de haber vuelto a la pesadilla otra vez, creyendo que es verdad. Pero, por una vez, no te despiertas llorando y ahogándote.
¿Es posible curarse ahora o las pesadillas son un síntoma más de que la mierda crece?
viernes, 14 de mayo de 2010
Solo
Una cosa es saberlo, otro verlo.
Yo sonreía, iba a la mía, leía y te ignoraba. Todo iba bien, todo era... lógico, sano, sensato.
Entonces es cuando te veo. Caminas y te acercas, me miras, te fijas en el libro, observas al cúmulo de gente y nos das la espalda.
Como un fantasma caminas, te acercas a un alma perdida que se divide entre muertes sádicas y partidas de rol, le ríes las gracias. Pronto te das cuenta que allí pintas más bien poco, le vuelves a dar la espalda, caminas torpemente y vuelves a mirarnos. Entonces te decantas por el grupo del fondo de la clase, ríes con uno, sonríes con otro, pero te alejas y lo repites otra vez.
¿Acercarte o alejarte?
Cada paso que das es dudoso, tímido, retraído. Optas por sentarte, mirar al suelo mientras comes tu almuerzo y sentirte fuera del lugar. Solo, sin nadie que se acerque, sin nadie que te hable.
Entonces, como por un resorte, alzas la vista y nos ves. Te das cuenta que te estoy observando. Has caído. Sabes lo que veo, saber que te leo. Esperas, crees que volveré la vista.
No lo hago.
Despistado, giras la cabeza y vuelves a mirar al suelo, con la esperanza de encontrar el vacío. Y por un momento, la voz que lee deja de tener sentido, mis risas de trueque no se alzan y oigo, por un segundo, el grito en tu cabeza, cayendo hondo, suplicándome que deje de mirarte y de leerte.
Entonces me giro, tomo el libro, me excuso y no vuelvo a mirarte, porque veo cómo caes, la forma en la qué gritas y la manera que tienes de sumirte en la soledad. Porque veo cómo palideces al saber que alguien te observa y te descubre.
Una vez fuera, sonrío y me río. Entre zapatillas que corren, el timbre que anuncia el fin del recreo, besos acalorados, las risas histéricas de las chicas del baño, veo cómo la gente me mira y piensa cosas extrañas.
Y me doy cuenta que la que ríe es Cath, que la que observa y analiza es Lea y que yo, con las dos, soy la que ha descubierto su tapadera.
Y por un segundo, oigo el grito; agudo, doloroso, oscuro y falso de tu cabeza, gritando
miércoles, 12 de mayo de 2010
La filosofía de Lea: el Equilibrio
Fortia (C) está de exámenes, así que de momento vuelvo a escribir yo: Lea.
Hoy voy a dar un poco el coñazo. Hace unos días, en clase de filosofía, me sentía especialmente irritada con tando Hume, Descartes, Platón, etc... Así que decidí, yo misma, desquitarme con su propia arma: la filosofía.
Pensé que si ellos habían podido crear una filosofía adaptada a sus intereses, ¿por qué yo no? A ésa filosofía mía, la he llamado, El Equilibrio.
Ahí va:
Parto de la definición del ser humano.
Ser humano: ser vivo, vertebrado, intelectual, sometido a las convenciones sociales que engaña y manipula.
La conciencia que posee el ser humano provoca una forma de ser caracterizada por su crueldad e interés, lo que hace que, a su vez, su misma personalidad cree remordimientos. Estos remordimientos los causa el ODIO hacia:
-Sí mismo.
-La sociedad.
Éste ODIO hacia estos dos elementos crean la MISANTROPÍA, lo que es sinónimo de la creación de un MONSTRUO. La MISANTROPÍA es demasiado horrible y, por lo tanto, existe una necesidad de esconderla - junto con el MONSTRUO - a los ojos de la gente. Para eso, se crean los principios de la MÁSCARA, que están basados en 10 puntos concretos:
1) La sociedad es corrupta, interesada, falsa.
2) No hay que cambiarla ni tener la necesidad de entenderla, sino sólo protegerse de ella.
3) Para la defensa, hay que crear un antifaz teniendo en cuenta: la personalidad, la apariencia y las ideas de uno mismo.
4) La máscara crea la fortaleza humana.
5) La máscara oculta al monstruo.
6) No hay que quitársela nunca.
7) Rechazar el trato humano y todas sus debilidades.
8) Escuchar y vigilar al monstruo.
9) No mostrar las consecuencias negativas de la máscara, sólo aceptarlas.
10) No confundir al MONSTRUO, a la MÁSCARA y a SÍ MISMO con la personalidad múltiple.
Para conocer y estar preparado ante las consecuencias negativas de la MÁSCARA, hay que conocerlas y memorizarlas bien:
-Apatía.
-Pánico al trato humano.
-Oscuridad.
-Retracción.
-Manipulación.
-Falsedad.
-Crueldad.
CONCLUSIÓN del Equilibrio:
·Nadie te conocerá nunca.
·Jamás sufrirás al desarrollar sentimientos hacia otros.
·Serás cuidadoso y meticuloso, con más posibilidades de tenerlo todo bajo control.
·La MÁSCARA será tu defensa y el MONSTRUO el ataque.
ADVERTENCIA: esta filosofía no es para sensibles ni inocentes. Que se abstengan mentes puras.
PD: pienso que la foto, yo misma, representa bien lo que intenta plasmar esta filosofía. O eso,
o es que me aburría sola en casa. Juzgad vosotros mismos.
lunes, 10 de mayo de 2010
Un Diablo
Yo más bien soy todo lo contrario pero al principio no era así.
Nací en el cielo, un hogar estructurado y pacífico. Pero a una edad relativamente temprana, empecé a bajar a los infiernos de forma ocasional hasta que, un día, con facilidad, me lancé de cabeza porque ya no encontraba la diferencia entre mi vida real y el averno.
Fui fruto de dos mundos mal fusionados. Porque, al final, mi mundo ya no pudo sostenerse más. Caí en la cuenta de que había vivido en un cielo hecho de llamas y fuego, ceniza, con amor de verdad creado a base de mentiras.
Al contrario que ella, yo soy algo más baja y mi apariencia muy corriente... si quiero que lo sea. Tengo la ventaja de poder aparentar lo que quiera, al fin y al cabo me han enseñado a hacerlo bien.
Mi pelo es castaño, claro, oscuro, rubio roto, ondulado, liso, rizado... siempre largo. Mi mirada ocre, marrón, verde, oscuro o suave... analítica. Soy pálida, blanca, transparente, marcada, discretamente morena... un fantasma.
Cada paso que doy puede ser una pluma en el aire o una ceniza que prende en el vacío. Mi cabeza es un caos, como mi carácter y mis ideas.
Un aspecto como el mío no puede describirse, porque un diablo que nace de dos polos opuestos sólo puede ser caótico y completamente ilógico.
Pero lo que sí soy con seguridad es cerrada como lo fue en su momento la caja de Pandora. Ella sabe que me abro si quiero, para bien o para mal, pero siempre que valga la pena hacerlo. Por ella, desde luego que sí.
Ella y yo somos todo un juego de contrarias. Es divertido, ¿no te parece?
domingo, 9 de mayo de 2010
Un Ángel
Después de una mala semana que crees que no puedes empeorar, viene otra que va a ser peor.
Así que, no sin esfuerzo, me escapo un momento de mi estresante agenda para actualizar porque en toda la semana siguiente no lo haré... 11 exámenes nada más ni nada menos que ésta última semana, que sin duda va a ser la más intensa de este maldito curso de locos.
Dios, ¡cómo quiero largarme de esta cárcel!
Al principio no era más que una niña cualquiera que corría por el patio del colegio, que la saludabas cuando te cruzabas con ella por los pasillos, que en ocasiones te llevabas mejor o peor, pero... En fin, no le di importancia.
Fue curioso que, al separarnos, todo diera un giro de ciento ochenta grados entre nosotras.
Es alta, de piel clara, con una mirada que se entremezcla entre la corteza de un roble y entre el verde de una pradera recién cortada en verano. Con la nariz pequeña, la boca risueña y el pelo castaño claro y ondulado, posee un rostro muy dulce, angelical.
Camina como si flotara, con cada paso y palabra que pronuncia bien elaborada. Jamás levanta falsos testimonios, siempre calcula cada acción o palabra que dice. En eso se parece a mí, por razones no tan distintas a las originales.
Hace tiempo que le dije, justo cuando ella y yo empezamos a ser confidentes de verdad, que parecía que ella hubiera salido de una nube, de un cielo extraño y lejano, demasiado bonito e irreal para haber salido entre tanto hierro, plomo, contaminación y colores grises. Puede que venga del cielo.
Yo hace tiempo que me caí de ahí. O puede que nunca lo haya estado; ya no lo sé.
"Me tienes en un pedestal y no me gusta."
Puede que sea así. Intentaré remediarlo, aunque te aviso de antemano que va a ser difícil bajarte de ahí: no lo pones fácil, ¿sabes?
Que alguien como yo tenga como confidente y mano derecha a un ángel resulta algo irónico. Cuando lo pienso, a veces, no puedo dejar de reírme.
De las muchas cosas que tengo, eres de las pocas a las que aprecio.
jueves, 6 de mayo de 2010
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