Fuiste como el otoño. Mi otoño. Ningún otro. Mío y ningún otro. Hoja que cae en belleza rojiza, cobriza anaranjada, infinita y absoluta hermosura que se avecinará al vacío. Belleza que se deja morir.
Eres fino humo, eres llorosa felicidad, eres melancolía que canta "lo que nunca pudo ni podrá ser".
Eso fuiste. Algo así. Algo así como mi otoño.
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