¿Tiene usted ponzoña líquida? ¿Alguna esencia que exclame ¡grita!? Tomaré una locura sin delirio, sólo una en la que no sienta tanto frío. Esta noche cambio afecto por pastillas, un humilde chute de toxinas al pie del mar y sus orillas. ¿Tan complicado, resulta, hallar anfetaminas? Quizá entre esta sustancia marina encuentre finalmente mi medicina: serotonina y una pizca de dopamina con disparos -¿por qué no?- de adrenalina... ... para que así, por fin, me sienta viva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario