Quizá es la cortisona, la pastilla blanca de sabor amargo, la lluvia que ha bañado la ciudad, una película con la que me siento identificada, los delirios controlados o la alergia, tal vez, pero lo cierto es que tengo la cabeza embotada.
Bloqueada de algo gris, brumoso, que se escapa de entre los dedos y me llena el vacío de algo parecido a la soledad aunque creo que no se trata exactamente de eso. Creo que cuando mañana la anestesia me deje algo estúpida y a la vuelta el dolor remita este mareo se me pasará. El resto toca esperar... sobre todo a que mañana llueva.
Hoy, simplemente, el mundo da vueltas.
Origen y autoría de la imagen: DeviantArt
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