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sábado, 26 de diciembre de 2009

Inquisición a la moderna


Navidad.


La familia se reune y compra regalos. No obstante, en un principio, estas fiestas se celebraban para recordar a Jesús, nuestro mesías.


Pero, en serio, pongámonos sinceros. ¿Quién se para a pensar en el niño Jesús cuando se encuentra en la cola del Corti-inglés, en una cola kilométrica y haciendo acopio de la voluntad necesaria para no chafarle la cabeza a la cajera, que va más lenta que la propia menstruación al llegarle?


La Navidad se ha convertido en una festividad capitalista. La gente ya no se para a pensar en el cristianismo, sino en cómo pasaremos las fiestas, qué regalos se podrán comprar, cuánto presupuesto se tiene para los presentes y si en casa habrá suficiente pollo o marisco para toda la familia. ¿Dónde queda alguien que recuerde a Jesús, excepto los cuatro voluntarios que cantan los villancicos del momento?


Pero no os confundáis, porque al contrario de algunos fanáticos o cuatro ineptos con sotanas, yo no soy creyente y tampoco pretendo defender la memoria de Dios o de Cristo. No creo en nada, no rezo a nada, no pido fe a nada. No es que no crea en algo, pero desde luego no doy por hecho que allí arriba haya un hombrecito con sotana y barba blanca bendiciéndome cada día cuando voy a la calle para bajar la basura de la semana.


Dios es una fuerza que alguien nombró y expandió por la mente de los hombres porque quiso darle una explicación lógica a todo aquello que ocurría en el mundo. Pero ahora tenemos razonamientos que nos dan a entender esos fenómenos, antes incomprendidos. Y, pregunto yo algo: ¿Dios nos ayudó a entenderlos? ¿Hubo una fuerza divina que nos hablara desde lo alto del cielo y nos dijera: "la lluvia es producto de la condensación de las aguas del mar y de los ríos"?


No, no y no. Hemos sido nosotros, con nuestra fuerza, inteligencia y voluntad, los que hemos podido encontrar respuestas y medios para seguir adelante en los momentos o en las preguntas difíciles o curiosas de la vida. Al final da lo mismo si crees en Dios o en el mismo Diablo, cuando necesitas ayuda. Porque lo que cuenta al final eres tú mismo, creer en ti y pensar que puedes hacerlo.




¿Qué es la Iglesia? Ayudémonos. Diccionario, por favor:


·Congregación de los fieles cristianos en virtud del bautismo.
·Conjunto del clero y pueblo de un país donde el cristianismo tiene adeptos.
·Gobierno eclesiástico general del Sumo Pontífice, concilios y prelados.
·Cada una de las comunidades cristianas que se definen como iglesia.
·Inmunidad del que se acoge a sagrado.


Nada más he cogido unas cuántas deficiones del diccionario. Remarco la que está en negrita por algo que diré más adelante.


Si nos ponemos a pensar en los valores que proclama la Iglesia, ni ella misma las cumple. ¿Qué pensaría el propio Jesús de que su queridísimo Papa se rodea de joyas, gentes, de dinero, de lujosos coches, de dinero, dinero y más dinero?


A ver, tal vez mi equivoco pero... ¿No es la codícia o la soberbia, lo que el cristianismo propugna como pecado?


Mmmh... Sí, con toda aquella "parafernalia", desde luego, la Iglesia presume de lo lindo, de sus valores y sus creencias, mientras unos cuántos sin personalidad les aplauden y les alaban.


Joder, en serio, el cristianismo es un puro engaño y timo.


Siguiente ejemplo:


La comunión. Tú sonríe, da las gracias por los regalos, sonríe a la profesora de cataquesis, al cura, al tío de la cámara... porque luego tendrás que enseñar las fotos al resto de la familia y al coñazo de tus vecinos, para presumir de que con tu postura de pregaria, con los ojos cerrados y las manos juntas, eres uno de los muchos ángeles de Dios, tocado por su gracia divina; aunque muy en el fondo seas un hijo de la gran puta que acabas de dar un par de óstias al de al lado porque ha chocado contigo por equivocación en la cola de la iglesia, antes de comer el pan y el vino que reparte el señor mayor de la sotana.


¿Qué mierda es esto, señores? Pues es un gran coñazo de pedazo de mierda de teatro. En otras palabras: pantomima, señores. Pantomima, señores, nada más que eso.


¿Alguien cree, sinceramente, que el niño de la comunión le importa lo que esté predicando el cura; así como el tío del fondo de la hilera, que parece prestarle más atención al lavabo de la esquina porque se esta meando que al discurso divino que suelta el tío con sotana?


¿La Iglesia actual? Una Inquisición a la moderna. Aquí es donde quiero añadir aquello de...: Inmunidad del que se acoge a sagrado. La Iglesia, a pesar de hacer todo lo que hace cuando la gente no mira y se da la espalda, ni tocarla un pelo. Porque, Dios me perdone, recibe la señal divina y la expande por los siglos de lo siglos... ¡Por favor! ¿Cómo vamos a tocarle un pelo a ese?


La Iglesia, tal como he dicho, es una Inquisición a la moderna, interesada en ella misma y en sus lujos. Porque os puedo asegurar que el Papa, ese señorito con cara de no comerse un rosco nunca, no duerme en una mierda de cama; como se dice que hizo Jesús en su día. El Papa jamás lo verás rodearse de personajes de los bajos fondos, como prostitutas, por ejemplo (si lo hace o lo hizo en su momento, fue por cinco minutos, para hacerse la foto de cara a la premsa y sonreír mucho, haciendo el gesto de la paz).


Y las mujeres... Uy, las mujeres. Criaturas satánicas, monstruos del pecado y de la carne, descendientes de Eva; la pecadora... Claro, las mujeres siempre somos las culpables. ¿Pero no dice Dios que todas las criaturas son iguales frente a sus ojos, incluídas las mujeres, que también pueden ser prostitutas si ellas deciden serlo? Aplaudo a María Magdalena, que aunque defendía la palabra de Dios también supo defender, hasta que pudo, sus valores como mujer.


Lo dicho: La Iglesia fue y sigue siendo una Inquisición impulsada por los deseos del hombre y no los de Dios. Eso sí, muy pasiva y muy "chic", siempre hay que añadirlo.


Repito: Ni fe, ni Dios, ni nada. Lo que vale de verdad eres tú y tu capacidad de cambio.




PD1: Hace poco el Papa fue atacado por una mujer con desiquilibrios mentales. Mis primeras palabras la ver el registro del momento, fueron: ¡A por él! (eso sí, no en plan malvado, sino en plan cómico).


PD2: A cualquier creyente que no le guste el texto, pido mis disculpas, porque tampoco quiero herir a nadie. Pero pido un poco de reflexión a la hora de alabar al Papa cuando defiende los valores de Dios mediante tanta parafernalia.
PD3: La imagen es un recuerdo a la lucha de la Iglesia contra la ciencia.



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