Una loca ha llamado hoy
A mi negra puerta,
Preguntó quién soy
¡y me llamó cuerda!
Le escupí desdén
De palabras torcidas
Como aquél ¡amén!
Mentiroso de todas las misas.
Me miró con ojos tuertos,
Cabello alborotado
y pensamientos enfermos
de un corazón armado.
Y supe que el delirio hecha ella
Nacía en mi reflejo
Y se forjaba en cadena.
Grilletes, sangre, veneno añejo
Embotellado en la mejor cosecha
Que bebí gracias al Diablo...
Encontrándome dispuesta,
Con la herida de mi mano,
A jugar a ser hueca,
A morir sintiéndome muerta,
A evocar mi imagen de muñeca.
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