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lunes, 21 de febrero de 2011

A la caza de un depredador


Hace ya unos años, hace muchísimo, que supe que había nacido con mala estrella. Estos días me lo estoy demostrando de nuevo.

No tenía nada especial. Tal vez... sólo la suciedad... y el olor, únicamente el olor. Siempre he sido preferente de los depredadores limpios, pulcros, que no dejan rastros de su paso por cada movimiento que ejecutan.

Los monstruos descuidados no me interesan, son demasiado vulgares...

... pero despiertan mi interés.


Aparenta unos veinte y cinco años, joven; de piel blanca, cabello myu largo, negro y graso. Su higiene personal es completamente nula y siempre, siempre, huele a tabaco... y a algo más.

Al principio sólo fueron unos mensajes insignificantes. Ahora son emails, sms, mensajes por facebook y todo lo que se le ocurre y más. Su insistencia es enfermiza y cansada, desde luego.

Acoso por la red... ¿cómo se le dará el cara a cara?


Respira posesividad, cada poro de su repugnante piel rezuma y expande locura.

Barajo muchos cuadros psiquiátricos, así como la posibilidad de ir a la policía. De momento únicamente puedo decir que tiene un comportamiento peligrosamente obsesivo y... imaginativo. Parece creer que todo lo que dice ocurre de verdad.


Por el momento esperaré a ver cómo avanza esta bestia arrastrándose entre la oscuridad, al mismo tiempo que yo avanzo por la mía.

...

Admito que, si fuera legal, un bidón y una cerilla serían una solución más gratificante.


Desde el inicio de la universidad por fin ocurre algo interesante: dos acosadores, uno de ellos posiblemente alguien con brotes psicóticos que confunde la realidad.

¿Conclusión? Los atraigo como moscas. Puede que lleve un cartel a la espalda que dicte "por favor acósame", un aroma que ignoro que los lleve hasta mí o hasta un teléfono con el siguiente mensaje: chica blanca disponible para un posible acoso, extorsión o asesinato. Llamar interesados.


Lea:

Un monstruo reconoce a otro monstruo.


Cath:

Alguien a quién cazar.


C.:

Alguien a quién... utilizar.




Volveremos con noticias del monstruo, no cambien de canal.

1 comentario:

  1. Ten cuidado con la cacería. Haz creer a la presa que tiene una escapatoria y sepárala de lo que te importa, no vaya a herirlo de un zarpazo desesperado.

    Bueno, que te voy a contar. Seguro que has salido de caza más de una vez.

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