
Lo que en años fueron miradas oceánicas, hoy son lagunas escarchadas.
Lo que en tu juventud fueron versos dulces, hoy son lenguas afiladas.
¿Sabías? Fuiste una muñeca muy linda.
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Pero el tiempo no perdona
ni siquiera a las muñecas,
porque incluso ellas siguen huecas.
¿Eres persona?
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Sólo sabes ofrecerme el chantaje,
ante la negación a una entrada de teatro.
Yo no iré a tu encuentro,
así que vístete de traje.
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No te molestes en gustarme,
ni siquiera las muñecas sonríen así.
Contigo no llegaré al éxtasi.
Jamás estaré conforme.
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Tal vez tus encantos funcionaban con muñecos
pero no lo hacen conmigo.
¿Amigo o enemigo?
Juegas a un doble papel, que yo hago añicos.
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.
.
Pero te quiero, muñeca
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