Antes yo era un cordero indefenso.
Pero a los catorce se me derramó la botella de la oscuridad y me empapé de sangre. Fue tal el destrozo que aún hoy la sangre todavía no se ha limpiado de mis manos, ni tampoco el cadáver que cayó y que no abandona mi mente.Ése botellín oscuro inundó todos mis rincones, cuerpo y espíritu, hasta alcanzar mi pecho. Las tinieblas tintaron mi corazón y sucedió que, con el tiempo, el veneno se fue extendiendo hasta hoy, donde habita en mi cuerpo como una parte más de mí misma.
La sangre y la oscuridad se han entrelazado formando una coraza hecha de piel de lobo. Ahora el lobo custodia mi interior, con engaños y una fortaleza defectuosa.
La inocencia ha pasado a fortaleza. Jamás imaginé que jugar un doble papel fuera tan divertido...
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-¿Qué eres?
-¿Yo? Un cordero con piel de lobo...
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