Esta noche y todas
las pasadas
Me he abrazado al
Diablo
Y en azufre he dejado
mis pisadas.
De mi Marca es de lo
que hablo.
Con cada primavera
Ha llegado el
invierno:
La visión de la
calavera
Que anuncia dolor
eterno.
He visto de cerca el
espectro:
esas ropajes de
sangre
al otro lado de mi
espejo
de cordura mediocre.
Son mis ojos las
lagunas
Testigos del acero
De cada una de mis
lunas.
Cercano fue mi
entierro.
Mi tatuada elegía
La acarrean mis
muñecas
En una borgoña orgía
De felicidad seca.
Y mi blanca piel,
Trastornada y diseca,
Es ahora hiel
De estas horas
muertas.
Es así como existo,
Como me caza Satán:
La víctima del
mordisco
De este oscuro,
corrupto, capitán.
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