No supe quién eras.
No me interesaste.Y ahora no quiero que mueras,
que no sea todo un desastre.
tus manos o tus ojos.
Y aún así añoro tu rastro,
en otros enojosos.
Tus mensajes escasos
suaves como sombras,
de mi dolor ocasos.
el color de tu mirada;
tal vez de color miel...
quizá perturbada.
De sueños vivimos
explotando la creatividad.
En realidades morimos,
egoístas por caridad.
Escucharía tus batallas:
de perdición o de ilusiones.
Conocer tus agallas,
todas tus sensaciones.
y en otras te me escapas.
De ti mucho obtengo,
pues de luz me empapas.
Gracias. Me siento... Alagado porque te hallas acordado de mí, un poco avergonzado por no haber leído tu blog últimamente y decidido a recuperar las lecturas perdidas.
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