Desde que nacemos, la vida nos depara un suceso diferente cada día, por muy sumergidos que estemos en la rutina. Puede ser un cambio pequeño, una correción a un fallo... O un cambio gigantesco, una paso enorme hacia la madurez y la responsabilidad.
Pero no todos los cambios son de nuestro gusto. Hay ciertos actos que pueden hacernos mimbar, hacernos dar un giro de 360 grados y cambiar por completo nuestras vidas.
La adolescencia es una época que se divide en la formación de una personalidad y un espacio para divertirse. Sin embargo, hay una línea muy fina entre el entretenimiento y la locura. La demencia puede volvernos locos o desesperarnos, obligarnos a tomar decisiones para las que no estamos preparados.
Porque...
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¿...cómo puede alguien decidir entre traer una vida al mundo, o detenerla y neutralizarla en el tiempo, como si nunca hubiera existido? ¿Estamos preparados, la juventud, para ello?
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