SafeCreative

SafeCreative
Todos los derechos reservados

sábado, 31 de octubre de 2015

Sucio


Lo has ensuciado todo.
La piel, las risas, las miradas, los juramentos. Los años: intactos a su propia manera, deshilachados ahora por el recuerdo más próximo que guardo sobre ti.
Atesoraba cada pequeño suspiro tuyo y cada brillo y ahora, con tus palabras, los has despreciado todos.
Lo más probable es que fuera solamente yo la que sostuviera la fortaleza para amarte a pesar de que no quisiera tenerte a mi lado. Por mucho que gritaras, que protestaras, que me buscaras, que me confesaras.
Si tuviera que llamarte ahora, el nombre que acudiría primera a mi cabeza sería ambigüedad. Un ahora sí, ahora un no. Valor, miedo, confusión, dudas, distancia, acercamiento, calma, tormenta.
Como el viento, que tanto te gusta nombrar y formar parte, has puesto un punto y final y, como siempre, ni siquiera lo sabes. Eres experto en no saber calcular las consecuencias.

Eres como el otoño: la hermosura de la melancolía, un recuerdo tristemente hermoso que te ensalza en el placer de la amargura de lo que llamamos lo que nunca podrá ser. Eres esa hoja que cae con elegancia y colorido pero que, irremediablemente, se avecinará al vacío.

Y ahora, ya no veo sonrisas, cariño, un bonito afecto, una deseada compañía. Te prefiero lejos. Te veo en un lienzo, una impávida pantalla donde, en el centro, descansa tu rostro sonriente. ¿Sabes...? He querido quemar tu poema, ese trozo de papel que jamás quise abandonar.
Quiero cortarlo, dispararlo, desmenuzarlo, desnudarlo, vejarlo con cualquier dolor. Estás tan sucio que te odio. ¿Por qué tenías que enturbiar un recuerdo que, así, sólo como un vestigio, ya era hermoso? ¿Por qué debías volver para degradarlo con tus manos de niño pequeño?
Ahora ya sólo quiero hacerlo trizas y lanzarlo a la hoguera con mis historias más viejas. Que sean polvo de otros muertos, otros pobres tristes los que te guarden, te miren y te arrullen.
Y es tan triste que podría hasta llorar. Y es tan desesperanzador que me ha roto el corazón. Y es tan horrible que ha agotado las mil formas que tenía de quererte.