De un
modo extraño
Me prometí
no escribir nunca versos de amor,
Nunca reales,
no serios, no sinceros.
Como
mucho fantasías, sueños,
Fantasmas
que no serían, en absoluto,
Nunca míos.
Pero últimamente
te pienso,
Te recuerdo
y concluyo:
Las cicatrices
no vistas son recuerdos.
Y cuanto
más recuerdo,
más me
hundo en versos:
Uno, dos,
tres, ¡otra vez!
Uno, dos,
tres, ¡otra vez!
Uno, dos,
tres, ¡otra vez!
Ya no
sé rimar, ya no sé jugar,
He perdido
esa capacidad.
Sólo me
limito a pensar
Y sólo
recordar. Y nada más.
Y escucho
un piano y me parece
Que me
siento sangrar, pero no llorar.
Yo no
lloro, ¿sabes?
Ya no.
No
hago como Woolf, como Plath,
Como Alberti:
no asaré mi cabeza en un horno
O saltaré
del acantilado que se abandona al mar.
Pero me
parece que el tiempo pasa lento,
Le digo
que corra y no me escucha.
Quiero
diluirlo: destilarlo, apagarlo, extinguirlo.
A esa…
¿cómo se llama
lo que
no puedes parar?
Cuando…
aún hoy,
sé
recordar los labios,
El tacto
de la piel,
Los abrazos,
La
grave voz,
La risa
traviesa
de la malicia compartida.
Creo
que aún te lloro
Y otras
no lo hago.
He perdido,
en parte,
La noción
de realidad.
¿Te la
llevaste tú
En tu
maleta a otra tierra?
Me prometí
a mí misma
No escribir
versos de amor
Y no
sé si estos lo son…
Pero…
¿sabes? Esto es extraño.
Estos salen
del corazón…
¿Así los llaman?
… Creo
que lo son.
La
gente me grita: ¡impaciente!
Ambiciosa que quiere correr y ya
olvidar.
Me auguran
estás bien, abro la boca,
Sale
la verdad y, extrañados, arrullan:
Deberías llorar más.
Pero yo
me hago atrás
Pensando
a gritos:
¡No! No me quiero romper más.
Porque
sí, porque puedo no llorar,
Puedo matar
los impulsos,
Asfixiar
las esperanzas...
Pero no
acallar los recuerdos.
Me
debato. Y así,
Como otros
lo hicieron,
bailo
entre un te amo
y un te quiero.
Entre un
te quiero aquí
Y un te quiero lejos.
Entre un
creo que
Me has robado un ápice
De aliento y no lo sabes
Y un
Ojalá lo quemases
Para así sentirlos morir.
Recuerdos.
Recuerdos.
Recuerdos.
Sentirlos morir.
Quizá
cuando acabe
De arrojar
aquí el amor,
De escribir
lo que no me prometí,
Me permita
poder llorar
Para luego
volver a reír.
Y esto
es tan triste
Que podría
llorar,
Que aún
podría amar
Lo que
queda de ti,
Que podría
hundirme un poco más…
Y dejarme
llevar.
Pero…
No, no puedo hacerlo más.
Y me
quedo quieta,
Así como
lo hacen las rocas.
Y me
siento huidiza,
Así como
lo hacen los ríos.
Y me obligo
a luchar,
Así como
lo piden los míos.
Y así,
de un modo extraño te amo,
de un
modo extraño te lloro,
De un
modo extraño me río,
De un
modo extraño me rompo…
Y de
un modo extraño, creo,
Me repongo.
Y así
podría seguir,
Sin poner
punto y final,
Sin dejar
de recordar,
Porque
te quise
Como aún
hoy amo al mar:
Con la
fuerza de la eternidad…
Sin dejar
de navegar.